Juego de milanos

31 de marzo de 2010. Madrid.

Son casi las ocho de la tarde, ahora hace algo de frío, el cielo se cubrió y cada vez sopla más el viento. Un grupo de collalbas grises, en paso migratorio, se mueven cerca de mi, y uno de los primeros alcaudones comunes del año caza desde el suelo o desde pequeñas piedras junto a ellas, como una collalba más.

Collalba gris

Durante unos 15 minutos he podido seguir las evoluciones de un grupo de milanos reales mientras jugaban en la ladera de enfrente. En el último momento, antes de que desaparecieran de la zona, cuando ya el juego había decaido bastante, decidí hacer algunas tomas en videoscoping. La distancia, el viento y la dificultad de seguir a las aves en vuelo no me permite obtener grandes resultados, pero sí imágenes testimoniales de lo que fueron unos animados minutos de juegos aéreos.

Milanos reales

Todo pareció empezar como una reunión de milanos en una zona de alimentación habitual, tal vez de camino hacia el dormidero o dormideros. En esta zona no es raro ver a los milanos reales cazar pequeños invertebrados en el pasto de las lomas. El caso es que la mayoría son jóvenes, luego pude ver dos adultos, seguramente la pareja que cría en las proximidades y que este año van con retraso en la puesta. Me pregunto si algunos de los jóvenes son hijos suyos.

Ahora cuento hasta once milanos reales, además hay una pareja de milanos negros y también un cuervo. Vuelan bajo, a veces persiguen al cuervo, aún no soy consciente de que ha empezado el juego, pero de eso se trata. Las persecuciones son continuas, quiebros, cabriolas en el aire, calados. Alguno baja al suelo, se posa y agarra algo o bien lo agarra en vuelo, sólo se me ocurre que pueden ser pedazos secos de excrementos de vaca, y enseguida los milanos de alrededor se dirigen hacia él, "a robarle la presa", el primero termina soltando, a veces casi al momento, y vuelta a empezar, otro tomará el relevo cogiendo otra presa, a veces la misma. Todo es una provocación, y cuando mejor me di cuenta fue con uno de los milanos negros que no pudo resistirse a participar. Con un vuelo bajo, entre los reales, agarra la presa, dos o tres milanos reales volaron raudos tras él, que no tardó apenas nada en soltarla, aunque la persecución, los regates en vuelo, todavía siguen unos segundos. Es como el "tú la llevas" pero al reves.


El juego es habitual en algunas rapaces cuando acaban de dejar el nido, sirve de entrenamiento como todos sabemos. Por ejempo, cuando los hermanos de una pollada de halcones se reparten los papeles de presa y cazador. Por otro lado no es nada infrecuente ver a los milanos jugar entre ellos, sobre todo a los jóvenes ya independizados.

Leyendo acerca de los milanos reales encontré un antiguo artículo (Bustamante, J.(1993) 'Post-fledging dependence period and development of flight and hunting behaviour in the Red Kite Milvus milvus', Bird Study, 40: 3, 181 — 188), resultado de una investigación llevada a cabo en Doñana, en la que sin embargo no se observó en los jovenes milanos reales prácticamente ningún comportamiento de juego-entrenamiento mientras aún dependían de sus progenitores (sólo en una ocasión se vio a un juvenil arrebatar una rama de alcornoque en vuelo como si fuera una presa, cuando el ave tenía entre 2 y 3 meses de edad, y aun era dependiente), a diferencia de otras especies de rapaces, lo cual sugieren que puede estar relacionado con los hábitos alimenticios de la especie (carroña, insectos y animales jóvenes). Pudiera ser que en este caso el juego aparezca no en la niñez, sino más bien en la adolescencia de estas aves, cuando ya son capaces de valerse por si mismas. Podría decirse que es un comportamiento lúdico "genuino". He pensado que bien podría ser un comportamiento de exhibición en grupo.

En lo poco que he buscado en la red y en bibliografía, no he encontrado nada acerca de este comportamiento. Sin embargo debe ser habitual. Tras realizar una consulta en un foro de ornitología, obtuve respuestas muy interesantes:

Juan José Ramos Encalado comunica que le publicaron una nota al respecto en la revista British Birds (Red Kites 'playing' with newspaper, British Birds, vol. 91, no. 6, 1998), que resume como sigue:
"El 9 de julio de 1989, en un vertedero en Almeida de Sayago, Zamora, España, ví 2 milanos reales persiguiendo a un tercero que llevaba un periódico en las garras. Uno de los perseguidores repentinamente le arrancó el periódico al propietario inicial, e inmediatamente fue perseguido por los otros dos milanos, para volvérselo a quitar y proseguir así el juego. El juego duró unos 5 minutos, que acabó cuando dejaron caer el periódico al suelo. Similar comportamiento se ha observado en Sudán, donde milanos negros interceptaban tiras de papel y polietileno (Brit. Bird 75:286). Derek Goodwin comenta: "Pienso que el primer portador llevaba presumible comida en el papel y los otros reaccionaron, como los milanos negros u otras rapaces, a la vista de otra ave llevando algo, presumiblemente comida"."

Manuel Galán Subías también comparte su experiencia al respecto: "He visto en varias ocasiones un comportamiento parecido al que comentas. Una vez, estaba observando que un grupo de milanos no paraban de ir y venir por encima de las copas de los chopos y me llamó la atención que uno de ellos no paraba de tirarse continuamente a las copas, al principio pensé que igual intentaba capturar algún pajarillo, pero con el telescopio me di cuenta que lo que realmente hacia era capturar hojas y salir volando, siendo en esos mismo instantes perseguido por varios de ellos. Esto fue el el 2 de noviembre de 2009, al atardecer. Me llamó la atención ese comportamiento provocador y me quedé pensando que podía ser que estuvieran entrenándose. Cuando uno de ellos cogía una hoja, la picoteaba en vuelo dando la sensación de llevar una presa y estar comiendo en vuelo. Igual es un juego entre ellos para presumir, como comento algún otro compañero."

Fantástico montaje cedido muy amablemente por Manuel Galán.Se ve perfectamente el plumaje juvenil del ave en primer plano, y la secuencia del juego.
M
uchas gracias Manuel.

También José Rodríguez comenta haber observado un comportamiento similar en zonas próximas a Doñana.

Las rapaces no suelen ser consideradas unas aves especialmente inteligentes, esa etiqueta queda para otros grupos, como los loros y los córvidos sobre todo. El juego, sin embargo, siempre se ha visto como propio de especies con un "mayor nivel" de inteligencia (y si el juego es con objetos mayor aún). Las rapaces juegan cuando se inician en el vuelo, es un entrenamiento, tanto para la caza como para los futuros cortejos. Las rapaces juegan en el cortejo, a veces con objetos, es una exhibición. Cuando estos milanos juegan ya son unos supervivientes, incluso han sobrevivido a su primer invierno, no están necesitados de entrenamiento, es un comportamiento social.


Post scríptum -13.10.2010-

En la monografía dedicada al Milano Real de Ian Carter(The Red Kite. Ian Carter. Arlequin Press. 2ª Ed.- 2007), acabo de leer el capítulo dedicado al comportamiento social . Hay que ver la cantidad de libros fantásticos escritos en inglés -y también en otras lenguas- que existen sobre aves, y que harían las delicias de tantos aficionados españoles que no tenemos conocimientos de idiomas. Es triste ver como no se hace ningún esfuerzo en la traducción de estos libros -no sólo de aves, de naturaleza o medio ambiente, o de ciencia en general-, no me cabe duda de que sería una inversión que crearía riqueza.

Volviendo a los milanos, Ian Carter distingue dos formas principales de juego: "la captura y suelta de objetos" (ramillas de árboles, hojas, cagarrutas de oveja...), corresponde con el comportamiento observado por Manuel Galán y Juan José Ramos Encalado -de hecho la observación de Encalado está recogida en el propio libro- y "las persecuciones y simulacros de caza o combate entre ellos", que se corresponderia más con lo que yo observé. Entre ambas formas principales exisitirían diversas variaciones.

Los juegos sin duda siempre son un entrenamiento, pero además los milanos reales son aves muy sociales. Hasta para los cachorros, en los mamíferos, el juego es algo más que juego.

"...Los dormideros también pueden servir como un lugar para relacionarse con la futura pareja. A menudo hay una cantidad significativa de interacción social entre las aves reunidas en los dormideros, y esto incluye comportamientos que se pueden catalogar como juegos, pues no parecen tener ningún otro propósito útil..." -traducción propia, aproximada-.


Post scriptum -3.05.2013-

Acabo de leer lo siguente: "... los milanos negros...son aves muy aseadas... Cuando han acabado de alimentarse limpian sus garras en las plantas, se ponen en vuelo y dan pasadas sobre las ramas, las agarran y hacen deslizar sus prensiles dedos por ellas. De esta manera dejan adheridos los restos de grasa en las plantas." Cronología de un mularda. Texto de Manuel Aguilera incluido en el "Libro de las Rapaces" de Marcos Lacasa.

He pensado que es posible que esto es lo que estuviera haciendo el milano real observado por Manuel Galán

Zorro pelón

17 de mayo de 2010. Madrid.

Son las seis de la tarde, de nuevo hace calor, el campo está espectacular. Camino por una dehesa cuando observo un zorro que campea por la pradera. Se acerca, así que aprovecho la oportunidad para sacarle una toma de video. No tardó en detectarme, le llegaría el aire desde mi posición, algo debió olerle mal (esto lo digo en sentido figurado). Su pelaje está en mal estado, será la muda, que esta despeluchando, el caso es que media cola está pelada y el cuerpo también está cubierto de pelo cortito, mientras que la cabeza-cuello, y parece que también las ancas, conservan pelo largo aunque en menor densidad que la normal.




Por lo demás al zorro se le ve bien, aunque las imágenes sean tan pobres. He visto zorros con el pelaje feo más veces, y aún recuerdo el primero, el más pelado de todos. Tenía un aspecto tan raro que me costó identificarlo como tal, tan delgado y con la cola tan larga y fina como la de un galgo. Eso fue un 20 de septiembre de 1993 en la sierra pobre de Madrid (que memoria tengo, eh?), seguramente se trataba de tiña, aunque alguno lo habría podido tomar con un "chupacabras".


A estos dos no les falta ni un pelo, que diferencia, verdad. También tuve la suerte de grabarlos en video en su día (Zorro en el prado; En el pilón).

Nieve en mayo

14 de mayo de 2010. Sierra de Guadarrama.

Ha nevado durante la noche o tarde previa. De no ser por el canto de las aves parecería enero o febrero. Las flores han quedado ocultas. Los pies se me congelan en las esperas. Que diferente de cuando estuve en abril.

Pero efectivamente es mediados de mayo. El buitre negro permanece echado en el nido. En dos horas sólo se levanta una vez, no distingo pollos, tal vez incube aún, ¿cómo aguanta el frio allá arriba? me pregunto. Con la hembra de cernícalo sólo permanezco media hora. También está echada, cambia de posición un par de veces, tampoco puedo ver si tiene pollos*.

Estas bajas temperaturas seguramente estén siendo críticas para muchas aves, sobre todo las pequeñas insectívoras. No detecto apenas actividad de los insectos que les sirven de alimento. En una pradera disfruto de una pareja de alcaudón dorsirrojo, está claro que aun no han empezado a criar, de hecho es muy posible que lleven pocos días aquí, recién llegados de África.

Narcisos cubiertos de nieve

Al mediodía la nieve casí se ha retirado por completo. Se dejan ver las flores y aprovecho para tirar algunas fotos mientras me desplazo de vuelta.

Una oruga, posiblemente Lasiocampa trifolii, y tres fotos de Centaurea triumfetti


*La observación de los nidos se ha realizado a grandes distancias, usando telescopio, para no interferir el comportamiento de las aves. Hay que evitar a toda costa causar molestias a las aves en estas fechas por el simple deseo de observarlas, más aun tratándose de especies amenazadas.



Avispas al despertar

2 de mayo de 2010. Valle del Tietar, Ávila.


Tienen un aspecto terrible, pero no preocuparse, son pequeñas y van a lo suyo. Parece que no tienen nada contra los humanos, aunque deberían.

En poco espacio varias dormían en el interior de las flores, menos dos. No sé si son pareja. No sé si son del mismo sexo o no. No sé que se querían decir con esas miradas...


No sabía ni que existían. No sabía que tienen un nombre: Megalodontes. Ahora gracias a los amigos de Biodiversidad Virtual sé algo más, pues fue ahí donde las identificaron. Pertenecen al grupo de las avispas portasierra. El nombre hace referencia al aspecto de sierra del aparato ovopositor de la hembra, con el que realizaría incisiones en las plantas donde depositar los huevos. Las larvas, similares a orugas, en el caso de las Megalodontes parece que se alimentan en plantas umbelíferas. Los adultos generalmente se alimentan de nectar. Otra característica de estas especies es que no tienen la típica cintura de avispa.

El caso es que todo esto ya lo sabría si comprara la Lotería, no os lo creeis, mirar esto: En este décimo para el sorteo de hace justo un año, nos presentaron a Megalodontes bucephalus, con un resumen de su biología, que probablemente sea la especie a la que pertenezcan las avispas de las fotografías.

PD. Todas las fotografías tiene algo de recorte, unas más otras menos, salvo la primera que se ha recortado mucho.

Los cigoñinos

2 de mayo de 2010. Valle del Tietar.

Amanece mientras me acerco a unos nidos de cigüeña blanca. Quiero tomar algunas imágenes de las primeras etapas de crianza de los pollos. La cigüeña es una especie habituada a la presencia del hombre, pero además, al usar un telescopio puedo grabar desde una distancia considerable, evitando molestias a las aves.


En el nido, la cigüeña espera, vigila el nido. Entre sus patas se mueven los pollos. Cuando llega el relevo el ave muestra su excitación con el conocido crotoreo. Ese rápido golpear de mandíbulas se oye continuamente alrededor de la colonia de cigüeñas. Esta vez la segunda cigüeña, diría que es el macho, además de la comida que trae en el buche, aporta una buena cantidad de material para forrar el nido. Tras los saludos y el relevo, el adulto recién llegado regurgita delante de los pollos y los cigoñinos picotean con rapidez. El padre observa como los pollos atacan la comida y luego él mismo aprovecha algunos restos (¿lombrices o tripas de anfibios u otros pequeños vertebrados?), tal vez los menos adecuados para los pequeños.




Es muy curioso ver como los cigoñinos tienen bien aprendida la lección del crotoreo. Repiten la acción continuamente. Esta forma de expresarse no se utiliza solamente en el saludo a la pareja, también en situaciones de alarma o de hostilidad o ansiedad castañetean sus mandíbulas, aunque la duración y la intensidad es distinta en cada situación.


Hasta el siguiente relevo pasan más de dos horas. Ya empieza a calentar, cuando a lo lejos distingo el blanco plumaje de una Culebrera que se posa en lo alto de un pino. Otra culebrera la sobrevuela antes de alejarse, al tiempo que la primera estira el cuello y parece llamarla mientras mantiene las alas algo caídas y levanta la cola. Viendo a las dos rapaces juntas me pregunto si se encuentran ya en el periodo de incubación.




En el pino de las cigüeñas hay tres nidos más, uno parece tener pollos también, otro está abandonado y el tercero es visitado por una pareja que este año no tiene pollos. La primavera está siendo generosa, pero por lo visto recientemente en otra colonia de cigüeñas, donde muchos nidos no tenían pollos, no estoy seguro de que sea un año bueno para ellas, puede que el invierno fuera demasiado duro.


El vídeo de las cigüeñas podéis verlo aquí, son poco más de seis minutos donde trato de resumir las tres horas de observación.

Aristoloquia, un candil para un arlequín

Aristolochia castellana
1 de mayo de 2010. Valle del Tietar.
El sábado aproveché la tarde para dar un paseo por una zona tranquila del Valle del Tietar y fotografiar flores. Este año me he propuesto identificar el mayor número posible de plantas y aprender algo de ellas. La primavera está espectacular y mientras camino apenas levanto la vista del suelo.En un pinar, a la sombra, en el exhuberante tapiz verde del suelo, unas aristoloquias, con sus flores pálidas, ligeramente verdosas, no llaman mucho la atención.
Aristolochia castellana (Costa, A. 2008*). Candilicos. Endemismo del Centro Peninsular.
En la Península y Baleares se conocen 7 especies de aristoloquias y la de la foto es Aristolochia castellana. Es una aristoloquia descrita recientemente, de hecho en mis guías no aparece, sólo en una de ellas se la nombra como Aristolochia pallida castellana. En la red encontré al respecto un árticulo muy interesante y decidí ponerme en contacto con el autor.
Andrea Costa es un apasionado de las aristoloquias y además de identificar las fotos que le envié, me proporcionó diversa información interesantísima sobre estas plantas. A continuación comparto con vosotros parte de sus respuestas (con sus propias palabras), todo un lujo:
"Evolución y coevolución con bichos.
Este tema abre un mundo entero, lleno de sorpresas. Las aristolochias son un caso bastante especial en el mundo de las plantas. Son un grupo muy antiguo, cuyas relaciones filogenéticas quedan todavía oscuras. Tienen una mezcla de caracteres intermedios entre mono y dicotiledóneas, que revela su antigüedad. Sin embargo, son también plantas muy evolucionadas, especialmente por la estructura floral y el proceso de polinización. La flor de la Aristolochia es una trampa para insectos, que se originó por reducción y fusión de piezas. En los demás géneros de la familia se pueden encontrar muchas formas intermedias, con reducciones y fusiones parciales. Las especies mediterráneas son una forma "reducida": la mayoría de las especies son lianas tropicales, ¡con flores de hasta 40-50 cm de longitud!"

Aristolochia castellana (Costa, A. 2008*)
"La polinización se cumple por moscas de un grupo especial, que deponen los huevos en excrementos o carne podrida. Vienen atraídos a las flores por olores (para nosotros) desagradables. Las flores son proterogínicas, o sea se desarrolla primero la parte femenina, así que si las moscas llevan polen fecundan la flor y se quedan atrapadas cerca de 24 horas, cuando se producirá el nuevo polen. Entonces la flor dejará salir el bicho (se vuelve a abrir el limbo de la flor y los pelos dentro del tubo se doblan), cargado de nuevo polen.
Las aristolochias son plantas muy tóxicas por los ácidos aristolóquicos, que afectan la división celular. Por eso, en elevadas cantidades, pueden causar cáncer. Pero también lo pueden curar, como hacían los Romanos y los Griegos, además de otras acciones medicamentosas (el nombre significa "para un buen parto", porqué podían ser de ayuda en partos difíciles, pero también pueden causar el aborto en cantidades elevadas).
Siendo tóxicas, no hay muchos bichos que se las pueden comer. Las orugas de Papiliónidos (mariposas arlequín) han evolucionado en todo el mundo de manera que tienen una ruta metabólica que no sólo desactiva a los tóxicos de aristolochia, sino que hasta lo aprovechan para defenderse de los pájaros depredadores, concentrándolos en las capas externas, llegando a matar el pájaro despistado...
Parece que hay una relación muy estrecha entre aristolochia y mariposa, casi a nivel de simbiósis, aunque todavía no se sepa cuál pueda ser la ventaja de la planta. Parece que las especies de mariposas son específicas para las especies de planta, o sea un caso muy claro de coevolución.
En fin, todo un mundo para descubrir..."


Y aquí os muestro al otro protagonista de esta historia, Zerynthia rumina, la mariposa arlequín o de las aristoloquias. Volaba en un claro próximo, caía la tarde y mientras la seguía con la vista se posó en una vistosa viborera, permitiéndome retratarla con las alas abiertas y dirigidas hacia la luz (igual que hacen muchas flores), en un baño de sol. Al anochecer cierra las alas, igual que muchas flores juntan sus pétalos, y así la encontré a la vuelta (quien sabe si la misma, pues estaba muy cerca de donde fue el primer encuentro, y además de nuevo en una viborera).


Sólo me queda agradecer a Andrea su amabilidad, ha sido un placer conocerte.
*Costa, A. 2008. Taxonomy of an endemic Aristolochia (Aristolochiaceae) from the Iberian Peninsula. Anales Jard. Bot. Madrid 65(2): 173-178.