Como en un cuadro. Tiempo de crianza.

Fritz Laube (1914-1993)
29 de junio de 2015

Son las ocho de la tarde, llevo varios minutos observando una corza que descansa echada. Sólo asoma la cabeza en el pasto alto. Hace mucho calor todavía y nada de aire, sacude las orejas. Diez minutos después se levanta, pasta a pocos metros en la ligera vaguada que sombrea el fresno.

En medio del prado hay un gran zarzal y dos fresnos más. En uno de ellos está el nido de las águilas calzadas que estoy vigilando, pero tan lejos que me cuesta distinguir nada a través de las ramas y la reverberación. Cuando el calor empiece a hacerse más soportable tendré mejores condiciones de visión. Mientras, paso más tiempo observando a la corza que al nido. 

Media hora más tarde la corza sigue pastando, apenas se ha movido del sitio. Veo otra hembra  a unos 150 metros, entonces aparece el pequeño corcino junto a la primera, justo donde estuvo echada. La madre se acerca y la cría da una corta carrera a su encuentro, se amamanta unos instantes y se separan. Una de las calzadas llega a un posadero cerca del nido, no trae nada. Veo el movimiento de los pollos, cubiertos de un plumón blanco limpio, uno de ellos aletea, ya están asomando las plumas de vuelo.

Es como un cuadro. Tengo que hacer un esfuerzo para ponerme en marcha de nuevo y dejarlo atrás. Igual que en la pintura de la imagen todo parecía estar en su sitio. Es como desear que nada cambie.