Doñana, febrero 2013.


A mediados de febrero, aprovechando unos días soleados, me escape a Doñana. Además de visitar el parque nacional, una jornada la dedique al menos conocido parque natural, el cual rodea al primero y también es un lugar excepcional. El Parque Nacional de Doñana es el espacio protegido más emblemático de España, tal vez el más conocido internacionalmente, pero al mismo tiempo resulta bastante inasequible, muchos de sus tesoros quedan ocultos al visitante. La fama de Doñana hace que muchas veces se acuda al Parque con expectativas que luego no se cumplen. Para los que disfrutamos viendo pájaros es un paraiso. En invierno es un refugio natural para innumerable aves. El Parque Natural, que sirve de colchón protector al Parque Nacional, es más accesible y es parte importante de ese mismo refugio.


Anade Rabudo - Anas acuta

La primera vez que visité el parque natural, un día de enero especialmente frío, Marian y yo apenas tuvimos un momento de descanso, que si las cigüeñas negras, las espátulas, unos calamones, las garcetas, nuestras primeras garcetas grandes seguramente, pechiazules, moritos, cientos de moritos que nunca habíamos visto tampoco, no nos lo podíamos creer, aquellas cigüeñas negras entre las espátulas, las dos especies tan cerca de nosotros, espectaculares, nos cortaron la respiración.

Llevaba un plano militar en el que procuraba localizar nuestra posición cada poco rato, entonces no había gps's y aquella inmensa planicie de pastos, arrozales y marismas, parecía un laberinto de caminos. Al anochecer aún estabamos en medio del parque natural, apenas habíamos iniciado la vuelta y junto a nosotros levantaban el vuelo las lechuzas campestres, hoy llamados búhos campestres, al final se cruzaron también algunas lechuzas comunes y ya no teníamos claro cuales eran unas y otras. Fue casi milagroso que salieramos de allí sin dar más vueltas de las debidas. Más de 10 años después quería repetir aquel emocionante anochecer, que las lechuzas volaran a mi alrededor, pero no pudo ser, la primera vez siempre es la primera vez, y en el campo nunca un día es igual a otro. Tenía un recuerdo parcial de aquellos caminos. Llevé el mismo plano que entonces pero ya tenía una idea de adonde llevaba cada cruze, no necesité encender el gps, ahora hay más señalización y los caminos están en mucho mejor estado. Esa sensación de estar perdido, o casi, no se repitió. Eso sí, tampoco hubo tiempo para descansar de ver aves. El búho campestre se dejó ver en mitad de la tarde, de caza, sobrevolando a poca altura un campo de jaramagos entre los que aterrizó al alcance de mi telescopio. De noche, cuando abandonaba el parque, una lechuza común se posó durante un par de larguísimos segundos a pocos metros del coche, esta vez al alcance de la vista y de la luz lateral de los faros. No fue como la primera vez pero estuvo muy bien.

Elanio Común - Elanus caeruleus
Martinete Común - Nycticorax nycticorax, en el dormidero.


En el siguiente vídeo hay momentos de aquella jornada, pero también escenas tomadas en la Doñana más conocida, junto al Rocío y desde los observatorios habilitados para los visitantes. Os animo a verlo si disponeis de unos minutos, y también a disfrutar de la música que he seleccionado. Más adelante os dejo la lista de las especies que aparecen y un poco de información sobre algunas de ellas, pero primero el vídeo.


Las aves son, por orden de aparición: calamón (Porphyrio porphyrio), morito (Plegadis falcinellus), cigüeña blanca (Ciconia ciconia), garceta común (Egretta garzetta), pájaro moscón (Remiz pendulinus), búho campestre (Asio flammeus), cigüeña negra (Ciconia nigra), grulla común (Grus grus), abubilla (Upupa epops), tarabilla común (Saxicola rubicola), cogujada montesina (Galerida theklae), andarrios grande (Tringa ochropus), busardo ratonero (Buteo buteo), cuchara común (Anas clypeata), agachadiza común (Gallinago gallinago), cerceta común (Anas strepera), ánade rabudo (Anas acuta), espátula (Platalea leucorodia) y algunos ánades frisos (Anas strepera) entre cucharas y cercetas.

Calamón
El gallo azul de las marismas en mis inicios de pajarero era un ave exclusiva de los documentales de Doñana, su último refugio. Poco a poco, la caza y la degradación de los humedales provocaron su extinción en el resto de España, y a mediados del siglo veinte era un ave muy rara. El "gall de canyar", por ejemplo, desapareció de la albufera de Valencia hacia 1916. Ahora no es difícil verlo en la Albufera donde se reintrodujo la especie, ni en otros humedales levantinos. Una vez declarada como especie protegida empezó a recuperarse y a expandirse desde su refugío, de forma natural. Siguiendo el Guadalquivir llegó a Córdoba, y subió más, paso a la cuenca del Tajo y llegó a Madrid incluso. Antes, mucho antes, el calamón era un ave familiar para las gentes que vivian junto a zonas húmedas, confiada se alimentaba cerca de las casas, y mucho antes aún hay testimonios de su domesticación en tiempos de los romanos. En algún momento rompimos una especie de pacto, tal vez sagrado, de respeto y el gallo azul se alejó del hombre.

Morito
Morito, a la derecha, alimentándose junto a una garceta común

El morito es el único ibis superviviente de nuestra fauna (o casi). A principios del siglo XX fue exterminado en sus colonias de cría de Doñana. Después sólo crió de forma esporádica algunos años, hasta que en la década de los noventa, vuelve a criar en España, primero dos parejas en la albufera de Valencia en 1993 y una sola en 1994. Curiosamente no ha vuelto a criar en la albufera, pero si lo hizo en 1996 en el delta del Ebro, donde se mantiene una pequeña colonia, y en Doñana, donde ahora se pueden ver cientos de moritos (7.200 parejas en 2011). También cría en las salinas de Santa Pola. En 2012 se formó una pequeña colonia en Badajoz (Juan Carlos Paniagua y Atanasio (Nacho) Fernández)* y una pareja parece que crió en las tablas de Daimiel, y estos cinco puntos son los unicos lugares donde anida el morito en toda España. Al tratarse de una especie nómada en ocasiones puede ser vista también fuera de sus zonas de cría. La fuerte sequía del invierno 2011-2012 provocó una fuerte dispersión de los moritos de Doñana, con observaciones por toda la península Ibérica, incluyendo el interior y la cornisa Cantábrica, y con citas de varios cientos en la Albufera de Valencia (Juan Carlos Paniagua y Atanasio (Nacho) Fernández)*. De hecho este invierno disfruté del vuelo de un bando en unos arrozales cerca del Saler, quien sabe si pronto volverá a criar en Valencia.
*http://aves-extremadura.blogspot.com.es/2012/08/primera-reproduccion-de-morito-en.html

Búho campestre
El búho campestre es sólo un poco mayor que una lechuza común. Con frecuencia se le puede ver de caza a plena luz del día. En España es una especie invernante común, no cría en Doñana. En el resto del país sólo criaba de forma ocasional hasta que en la década de los noventa del siglo pasado decidió establecerse definitivamente para aprovechar las explosiones demográficas, hasta entonces inéditas, de topillo campesino en la meseta norte (las famosas "plagas" de topillos).

Si como invernante puede tener una población de hasta 70.000 aves, como residente y reproductora puede que no llegue a las 1.000 aves.

Cigüeña negra

La otra cigüeña, la otra cara de la moneda, escasa y montaraz. No llegan a 400 parejas en España, tan solo. Amenazadas y desconocidas, las cigüeñas negras españolas son particulares. Forman una población aislada y pequeña. Hay otras dos grandes poblaciones, la euroasiática y la sudafricana. Las euroasiáticas son todas migradoras y crían en árboles. Las sudafricanas son bastante sedentarias y crían en roca (paredes, cantiles, cortados). Las españolas anidan al 50% en roca y en árbol y no todas son migradoras, algunas no vuelan a África al terminar de criar*.

España es lugar de paso para las cigüeñas europeas, cientos de ellas cruzan el estrecho de Gibraltar durante la migración. Sin embargo Doñana es uno de los puntos elegidos por algunas de ellas para invernar, hasta un centenar, siendo el lugar de invernada más importante en España. Al parecer los cangrejos americanos (Procambarus clarkii) que abundan en los arrozales, permiten el sustento de estas aves durante el invierno. Las aves que invernan en España tienen diversas procedencias, las hay españolas y portuguesas pero también de otros paises de Europa*.
*Luis Santiago Cano, Tesis Doctoral.

Narcissus papyraceus, la última tarde en Doñana.