Como el gordo y el flaco, dos buitres negros.

 Enero 2013. Madrid.

Avanzo por una cañada cuando un buitre negro cruza delante a muy poca altura, lo primero que pienso es que lo he debido levantar de algún punto próximo,pero no,el buitre baja y se posa a poca distancia, hay un revuelo de milanos reales y al poco tiempo otro buitre negro aterriza junto al primero. Observo a traves de los prismáticos y empiezo a entender. Los buitres se disputan unos restos de conejo que seguramente habían encontrado los milanos, y tal vez antes las urracas. Curiosamente es el segundo buitre, que por cierto tiene aspecto más juvenil,el que se hace con la pequeña carroña.

Estoy muy cerca y a la vista, aunque dentro del coche, me extraña tanta seguridad en los buitres negros. En los leonados es más habitual tanta confianza y más. Desde hace unos años, el aumento de la población de buitres por un lado y el hambre provocado por la retirada del ganado muerto del campo por otro, han hecho que no sea demasiado raro avistar un banquete de buitres, también pienso que influye que haya habido un cambio en el tipo de relación que ultimamente tenemos los españoles con la naturaleza, afortunadamente somos más los que nos acercamos a ella con respeto.




En este caso sólo son dos, no son más que los restos de un conejo, y no se demorarán más de cinco minutos en dar cuenta de ellos. El segundo buitre se ha hecho fácilmente con la situación, al principio no hay apenas reacción por parte del otro, pero hay tensión y esta es creciente hasta que por fin se produce el reparto, justo en el momento en que uno de los milanos reales que permanecían a la espera hace unas pasadas rasantes tratando de robarles algo. Esto es lo que podeis ver en el vídeo que comparto, que aunque de poca calidad de imágen sí me parece curioso.


El buitre negro es la rapaz más grande de Europa, con casi tres metros de envergadura alar (250-295 cm) y hasta diez kilos de peso. Puede pasar varios días sin alimentarse y es capaz de ingerir hasta kilo y medio de comida de una vez. Sus necesidades de alimento diario vienen a ser de algo más de medio kilo (575 g/día de media). En época de cría llegan a necesitar un consumo díario de unos 700 g de alimento. En relación a su gran tamaño sus necesidades energéticas son reducidas, hasta un 30-40% menor que lo esperado, y esto es así gracias a su habilidad planeadora, a la capacidad de almacenar reservas de grasa y por tener una temperatura corporal ligeramente inferior a la de otras rapaces de su talla. Incluso es capaz de reducir esta en cierto grado cuando la temperatura ambiente disminuye, de esta forma consigue un menor gasto energético en termorregulación*.

*Manual de gestión del hábitat y de las poblaciones de buitre negro en España. Moreno-Opo, R. y Guil, F. (Coords.) 2007.

Sierra de Andújar


 Noviembre de 2012

A últimos de noviembre pasé unos días en la Sierra de Andujar, en plena Sierra Morena, un extenso territorio de naturaleza bien conservada, de apariencia bravía, pero en realidad, como toda la península, modelada por la mano del hombre en mayor o menor medida. En el corazón de la sierra se suceden las grandes fincas dedicadas a la caza mayor. A pesar de la fecha, la berrea es intensa en algunos momentos, probablemente debido a la prolongada sequía de este año, y como es habitual durante el celo, los ciervos se dejan ver por todas partes, numerosas hembras y machos jóvenes, en  ocasiones en la misma carretera y normálmente detrás de los kilómetros de cercados que afean el paisaje. Los grandes machos no son tan fáciles de ver, si se consigue ver alguno cerca de los caminos enseguida se aleja prudentemente. Da la sensación de que hay una excesiva población de venados, no sólo por el hecho de estar viendo reses continuamente, también se aprecian manchas de monte recomidas y suelos erosionados por sobrepastoreo. La regeneración de las dehesas está comprometida. Cada año se matan 40.000 ciervos en la Sierra Morena andaluza, y aún así no se consigue controlar la expansión de la especie. La flora de la sierra sufre las consecuencias y también los propios ciervos sufren por esta excesiva densidad.

Toros bravos

Hay fincas con ganado doméstico, veo rebaños de ovejas, cerdos y vacuno de lídia. En la zona hay ganaderías de toro bravo de cierto renombre. A la luz del día parece que los toros y las vacas pastan en exclusividad en unas dehesas aún más domesticadas que las destinadas a la caza, pero por la noche en estos mismos pastos descubro grupos de gamos y ciervos, y algún jabalí. Afortunadamente también se ven conejos, estos son la clave de la supervivencia de dos especies emblemáticas del monte mediterráneo: el águila imperial y el lince. No tuve suerte de avistar al lince, pero sí a las águilas en varias ocasiones.

Águila imperial

El día de mi llegada, a última hora, las voces de una imperial me permitieron observar a la primera, bastante cerca además. Estaba claro que el águila dormiría por allí. A la mañana siguiente, al amanecer, de nuevo las volví a oir en el mismo punto. Las localicé posadas en el suelo, entre la hierba húmeda, a pocos metros de los restos de un ciervo enganchado en una alambrada cinegética. Aparentemente el ciervo había quedado fatalmente atrapado en la malla por una pata. Faltaba la mitad del animal, tal vez unos perros, los zorros, un lince quizás. Una de las águilas voló hasta un pino próximo y su compañera comió durante algo más de veinte minutos. Con el buche lleno desapareció, aunque las oía en la zona. Al poco llegó un buitre negro y en nada hasta unos veinticinco buitres leonados que desplazaron al primero impidiéndole acceder a la carroña. Hay que ver como reparten picotazos los buitres (en el vídeo abajo, desde el min 3'33'' al 8'34'').

Buitre negro junto a los buitres leonados



Río Jándula

Cormoranes grandes en el río Jándula

El río Jándula atraviesa esta sierra camino del Guadalquivir. Tiene una importancia vital para la fauna. Cormoranes y garzas acuden a pescar a sus aguas, donde también está presente la nutria. Los cormoranes, hábiles buceadores, son como nutrias con alas. Mientras los grabo por última vez comienza una débil lluvia, el río se vuelve musical. La semana anterior las lluvias fueron intensas, sus huellas son visibles, surcos y grandes cantidades de tierra arrastrados por los arroyos. Los campos están verdes. En una finca pastan una piara de cerdos y entre ellos un jabalí hoza despreocupadamente la pradera, es una situación que me resulta extraña, apenas muestra alarma por mi cuando detengo el coche, pero poco a poco se va alejando.



No lejos, a poca distancia de un gran rebaño de ovejas los venados persiguen a sus hembras, y en la siguiente finca, mucho más montaraz, además de los ciervos logro ver algunos muflones, las ovejas salvajes. Me estoy acercando a la linde cordobesa, al río Yeguas que visitamos en 2007, donde ahora imagino al niño Marcos jugando con lobos, ¿recordais la película Entre lobos? (Marcos Rodríguez Pantoja).

Casi con seguridad Sierra Morena sea el único lugar de la península donde habiten juntos los lobos y linces ibéricos, los mayores cazadores de nuestra fauna. Para nuestra vergüenza ambos al borde de la extinción. En un territorio donde las grandes poblaciones de herbívoros silvestres llegan a constituir un problema, que no se deje sitio al lobo es imperdonable.