Las ginetas no van solas

     El zorro me ha visto antes que yo a él. Está en el borde del camino, medio oculto. No debe tener claro que es lo que está viendo u oyendo y continúa su marcha. Cuando llega a mi altura, por debajo de la pista forestal, se queda sentado, me mira igual que yo lo miro. Unos segundos después se aleja tranquilo y le pierdo en la negrura.

Doy media vuelta… ¿y ahora? … en el mismo punto en que descubrí al zorro algo se mueve, como olfateando el suelo. Se detiene en mitad del carril. Con los prismáticos veo que se trata de una gineta, está defecando. No me ha visto, cruza el camino despacio, como siguiendo los pasos del zorro. Disfruto de la observación mientras contemplo la posibilidad de sacar la cámara, captura algún insecto junto a un pino y la pierdo.
Esta foto no es de ese día

No me muevo, espero a ver si se pone a la vista otra vez, como antes el zorro, pero no, así que me acerco despacio, veinte pasos, treinta, nada, espera…, sí, ahí está, la tengo al lado, a sólo cuatro metros, pero escondida entre el ramaje de un acebo, apenas veo su cara con mucha dificultad. Creo que no tengo ninguna posibilidad de verla en condiciones, casi no se mueve, aparentemente demasiado confiada sí, pero en cualquier momento puede desaparecer definitivamente. Decido no insistir. Estoy muy cerca de donde la vi llegar. Encuentro un excremento fresco (y siento decirlo, por desagradable que sea, pero este va a ser un protagonista principal de esta historia).

Excremento fresco de la gineta. Braojos. Sierra de Guadarrama. 1.460 m. 30 de septiembre.
En el borde de la pista, donde vi al zorro también hay otro excremento. Son las pruebas de que el encuentro ha sido real, un zorro y una gineta prácticamente al mismo tiempo. No me pasará en la vida, me digo. O sí...

Excremento fresco de zorro
Otra noche, dos semanas después, localizo una garduña acechante sobre una pared de piedra. La observo un buen rato, indecisa a veces, curiosa también, siempre alerta. Cuando baja por el otro lado la pierdo el rastro. Espero un poco, luego la busco sin éxito, y finalmente sigo mi camino, entonces me doy cuenta de que algo avanza por la misma pared ¿la garduña de vuelta?, no, es una gineta y se acerca confiada. Preparo la cámara, pero apenas puedo grabarla un instante antes de que baje también al otro lado, muy cerca de donde estuvo la garduña. Esto sí que ha sido suerte. Puedo ver sus ojillos otra vez, un momento, me ha debido descubrir. Desaparece.


Y eso fue todo.          (18 de octubre. 1.500 m. Braojos. Sierra de Guadarrama) 

Ahora volvamos al excremento de jineta. No se parece a los que normalmente se amontonan en sus letrinas.

Cagarrutero típico de jineta.


En este caso se trataba de un pequeño fragmento con hierba fresca y el resto una masa sin consistencia. Pero hay algo que a más de uno os habrá llamado la atención: parásitos. Se observan una docena de proglótides de algún cestodo, muy parecidas a las del Dipylidium caninum, y también una lombriz o gusano redondo, un nematodo, tal vez un toxocara. Un opilión, una especie de araña de cuerpo globoso, parece muy interesado, y no se mueve mientras hago unas fotos. Las proglótidas, segmentos reproductores que forman parte del cuerpo de las tenias, sí se mueven contrayéndose lentamente.

Proglótidas de cestodo. También se ve un gusano redondo.

El opilión tal vez estuviera alimentándose.

Proglótidas de cestodo
Precisamente una de las explicaciones que se acepta para la ingesta de hierba por parte de los carnívoros es su efecto purgante, para eliminar así parásitos intestinales(1). Con las tenias, que se agarran fuertemente al intestino y cuyas proglótidas se mueven por si mismas para facilitar su expulsión, no me parece que sea el remedio indicado. En el caso de los gusanos puede que sea útil para reducir la carga parasitaria.

En todo caso, como resultado del consumo de hierba por los carnívoros, puede que se produzca una mayor dispersión de los parásitos y que se facilite su propagación. El parasitismo tal vez sea la forma de vida más común en la Tierra, tal es su éxito. Y no sólo eso, su importancia ha ganado tanto peso entre los ecólogos que se ha llegado a considerar que un ecosistema sano es aquel que es rico en parásitos(2)(3).

(1) (http://veterinarycalendar.dvm360.com/why-do-pets-do-eating-grass-purring-yawning-and-catnip-reactions-proceedings)
 Our hypothesis is that grass eating mostly occurs in normal dogs and cats, and is not associated with illness or a dietary need, but reflects an innate predisposition, inherited from wild ancestors, that grass eating has an intestinal parasite purging effect. Remember that animals in nature are always exposed to intestinal parasites. So, canids and felids living in nature have perhaps evolved their own anthelmintic; no patent, no drug resistance, no profits to be made. At least not yet, but check with our Office of Technology Transfer before trying to cash in on this. 

(2) The most popular lifestyle on earth, sept. 2008. Carl Zimmer.
http://conservationmagazine.org/2008/09/the-most-popular-life-style-on-earth/
Lafferty has found that when one species of fluke, Euhaplorchis californiensis, infects a killifish, the fish begins to swim jerkily near the surface of the water, flashing its silver scales. This behavior makes it easier for birds to spot the fish and catch them. Lafferty estimates that an infected fish is 10 to 30 times more likely to be eaten than a noninfected one. Take away the parasites, and you might well make it much harder for birds to find food. There would be fewer birds in the salt marsh, and the change in their population would affect the population of other animals in the food web….
…“The time you really ought to be worried,” Lafferty says, “is when you go into a system and you don’t see any parasites at all.”
…“Parasites probably increase the stability of free-living species,” Lafferty says.

 (3) Hudson PJ, Dobson AP & Lafferty KD. 2006. Is a healthy ecosystem one that is rich in parasites? Trends in Ecology and Evolution 21, 381-385: “we consider a healthy system to be one that is rich in parasite species.”.

PD. Cualquier comentario que pueda iluminarnos acerca de los parásitos de esta gineta será bienvenido. Que las ginetas no van solas también había merecido una entrada anterior en este interesante blog: http://serraneando.blogspot.com/2015/04/gineta-parasitada.html