Cardamine, las semillas saltarinas.

Mastuerzo menor o amargo. Nativa de Europa y Asia, ha colonizado recientemente el continente americano Hojas comestibles y parecidas al berro de agua.

El mastuerzo menor (Cardamine hirsuta). Es una plantita abundante, una de esas pequeñas flores de nuestros campos -y ciudades- que yo llamo invisibles. Semanas antes de la explosión de color de la primavera, podremos ver sus diminutas flores, discretísimas, pero a finales de abril, en plena primavera, la cardamine quedará oculta en el herbazal.

Las flores no pasan de unos pocos milímetros.

Pertenece a la familia de las crucíferas. Creo que este nombre viene de los cuatro pétalos que presentan normálmente extendidos en cruz.

Brassica barrelieri. Otra crucífera abundante, pero no es la protagonista de esta historia.

Silicuas de Cardamine hirsuta

Los frutos de las crucíferas también son característicos de esta familia. En este caso reciben el nombre de silicua, por ser más de tres veces más largo que ancho. Si no superan esa proporción se denominan silículas.

Se puede apreciar el crecimiento de los ovarios, que en poco tiempo serán silicuas, el característico fruto seco de estas plantitas.

Las semillas salen disparadas por un enrrollamiento repentino de las valvas del fruto desde la base. En este caso, el mecanismo de dispersión se denomina autocoria, por no depender del viento, o de los animales, y tratarse de una acción activa por parte de la planta.

Inmerso en la primavera, para encontrarla no basta con bajar la vista, hay que agacharse, y mientras estás pendiente de una flor y otra, o un insecto, o una araña, la descubres, la recuerdas, acercas los dedos, bastará un roce para que los frutos maduros se abran, las semillas salen disparadas y te golpean con energía en la cara, es toda una sorpresa y pasas los dedos por la planta de al lado y buscas otras, y se repite la acción, una de las valvas de la silicua se separa bruscamente, las semillas saltan y vuelven a golpearte, una curiosa sensación. Es evidente que se trata de un mecanismo de dispersión de semillas, estas saltaran con cualquier roce, el paso de un conejo, o incluso la llegada de un pajarillo dispuesto a dar buena cuenta de ellas, las semillas tampoco es que vayan muy lejos -desde nuestro punto de vista-, quedarán dispersas alrededor, este hecho, unido a la gran cantidad de semillas producidas, será lo que las salve y las facilite un futuro exitoso, es de suponer que los pajarillos no darán con todas, los verdecillos, pardillos, jilgueros, pinzones, escribanos.

Al mismo género pertenece el Berro de prado, Cardamine pratensis, mucho menos discreta, con flores de un delicado color rosa. Estas las encontré en una zona de pasto de montaña encharcado.

Cardamine pratensis, menos discreta que la anterior. No la he puesto a prueba para comprobar si también saltan sus semillas.

Entre las plantas existen múltiples estrategias para la dispersión de las semillas, podéis leer más aquí, en un blog interesantísimo, y hay otras especies que también expulsan con fuerza sus semillas, la más conocida es el pepinillo del diablo, podéis verlo aquí en acción.

Águila Pescadora en un mar de verde.

Colmenar Viejo (Madrid), 7 de abril de 2011.


A primera vista, desde lejos, había apostado a que la rapaz posada en la torreta era un ratonero, que otra cosa sino. A traves de los prismáticos descubro a la pescadora, escoltada por una pareja de urracas, que descansa y otea desde la torreta. No sé si llegó a pasar la noche ahí, es cierto que ya se ponía el sol.


No es demasiado raro ver Águilas Pescadoras en Madrid. Durante sus migraciones pueden aparecer en cualquier punto de la Península. La población del norte de Europa acostumbra a nidificar próxima a embalses, lagos o ríos. Muy pocos días antes se producían citas de la especie en los embalses más próximos a Colmenar Viejo. Aún así siempre es una alegría encontrársela.

La primera vez que vi una pescadora fue en el embalse de Navalcán (Toledo), el 8 de octubre de 1992, al poco de amanecer pude verla pescar y seguidamente comer en la orilla. Este fue uno de los lugares en que primero empezó a observarse la invernada de estas águilas en España, un fenómeno relativamente reciente una vez que empezaron a recuperarse las poblaciones europeas, sin embargo en este caso, por la fecha, se trataría de un ave en paso migratorio, de camino al África Tropical donde suelen pasar el invierno.

Las fotos son pésimas pero, como en otras ocasiones, no me resisto a mostrároslas.

Las electrocuciones son una importante causa de mortalidad en esta rapaz.