El nido del chorlitejo

Madrid, 17 de junio de 2013

La pequeña charca en la que hace unas semanas encontré a la pareja de chorlitejos chicos (Charadrius dubius) está practicamente seca. Me acerco pensando que los chorlitejos se habrán mudado. De lejos, en el barro seco me llama la atención una cigüeñuela solitaria, entonces descubro al chorlitejo. Se acerca a la cigüeñuela, algo agachado y encorvado, se detiene, no sé si mi presencia ha inhibido una posible agresión. Estaba defendiendo su nido. Se trata del macho, que ha vuelto al nido, casi invisible. Me ha parecido ver tres huevos. La segunda vez que se acerca la cigüeñuela no se levanta, esta vez prefiere agacharse, aunque no hay duda que la pequeña zancuda le tiene localizado.

A poca distancia la hembra se dedica a capturar pequeños invertebrados, y curiosamente el macho también come, al principio desde el mismo nido, pero luego se levanta y se aleja picoteando, no tarda en volver.



El chorlitejo chico es un limícola, un amplio grupo de aves, que como su nombre indica viven en el limo y por tanto asociadas normalmente a zonas húmedas. Los chorlitejos pertenecen a la familia Charadriidae (Chorlitos) igual que por ejemplo las avefrías.

Acostumbran a vivir en tierras desnudas, a veces baldíos alejados del agua, pero más habitualmente en orillas arenosas de ríos o sobre los limos de zonas encharcadas como en este caso. El nido no es más que una pequeña depresión y normalmente ponen 4 huevos.

Aunque no lo parezca su tamaño es poco mayor que un gorrión, nada más nacer los pollos siguen a sus padres, son diminutos, y tanto estos como antes los huevos, están expuestos a muchos peligros.

Estas aves, como muchas otras que anidan en el suelo o que tienen pollos precoces, muestran valientes comportamientos de distracción para proteger sus nidos o a su familia. Así los chorlitejos pueden corretear de un lado a otro dejándose ver, moviendo la cola o la cabeza, o pueden volar alrededor del intruso, o incluso pueden simular un ala rota para atraer al depredador. Su mejor defensa siempre será la invisibilidad.

Os dejo un enlace con un pequeño fragmento de un documental sobre "el pájaro invisible": http://www.youtube.com/watch?v=_ZBKHmysXyU

Para no ponerlos en peligro, si encontramos un nido o nos encontramos con los pollos, lo mejor es ser discretos y alejarnos.

De pájaros, bichas y otros bichos.

Sierra Norte de Madrid, 14 de abril de 2007

Para alimentar este blog he decidido recurrir a mi archivo fotográfico. He buscado un día de abril y me he encontrado con uno del 2007. Después de ver las fotos he repasado las notas que tomé. Las observaciones, como suele ser habitual en mi caso, se corresponden principalmente a las aves. Entonces andaba entretenido en apuntar bien cada localización para la elaboración de un atlas de aves de Braojos. Aquella jornada fue entretenida, un soleado día de principios de primavera, como los de ahora mismo.

Anoto 34 especies de aves en un recorrido por áreas abiertas, pastos y algunos prados con rebollos. Amanecía cuando observé una pareja de mirlos, el macho con las alas ligeramente abiertas y caídas, algo inclinado, en la rama de un roble hasta que baja a la pared del prado, con la hembra, una cópula rápida y el macho se separa, a un metro de la compañera, todavía excitado, inclinado, alas algo caídas y plumas de la base de la cola erizadas, se le acerca la hembra y vuela. También una hembra de curruca capirotada parece invitar a su pareja a la cópula, levanta la cola, baja la cabeza, pero cuando se acerca el macho vuela, y los pierdo entre una maraña de ramas. No todo son cantos y amores, una totovía, la alondra de los bosques, anda ocupada con la crianza, la veo llevar comida en el pico para los pollos.

Sólo veo un par de rapaces, un milano negro de patrulla y un fugaz gavilán, pero tuve la suerte de levantar dos liebres, y antes, a media mañana, un zorro cruzó un prado a la carrera. La zorra por estas fechas está parida, en plena lactancia. Una madriguera como la de la foto será elegida para el cuidado de la prole.

Una de las cuatro bocas de la madriguera que encontré aquel día.

Muy cerca de la zorrera una culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) se solea a la entrada de su refugio.


Culebra bastarda

Tras un largo invierno la vida a ras de suelo se vuelve a animar:

Oedionychus cinctus. Escarabajo crisomélido.

Una rápida toma de contacto. Los dos parecen llevar avisos corporales: "soy tóxico"

Oruga pendiente de identificación.

con flash

y al natural

Grillo

Carraleja

Pieris napi

Lythria cruentaria

La mosca amarilla del estiércol, Scathophaga stercoraria, es una mosca muy común. Su nombre científico da alguna pista sobre su forma de vida, pero en realidad estas moscas son depredadoras, capturan pequeños insectos. Serán sus larvas las que se alimenten de los excrementos del ganado, por esa razón las moscas acuden a estos para reproducirse. Ahí los machos esperarán la llegada de las hembras. En la espera capturarán otras moscas, de otras especies, pero si escasean otras presas practicarán el canibalismo.

Vemos como el macho agarra a la hembra durante la puesta. Seguramente no se separó de ella después del apareamiento para asegurarse la paternidad.

Como depredadora y descomponedora de estiércol juega un importante papel ecológico en nuestros campos.

De ahora mismo, de este mes, seis años después de aquel día de campo, tengo este vídeo de otra culebra bastarda. Una tarde soleada, cruzando una cañada. Grande, supera el metro y medio, y muestra una coloración típica del macho, con una mancha negruzca que rodea el dorso por detrás de la cabeza. Esta "mancha en silla de montar" sólo muy rara vez aparece también en hembras viejas.


Después de acosarla unos minutos cámara en mano y ver su comportamiento defensivo, dejé que se perdiera entre el pasto alto al otro lado del camino.

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Doñana, febrero 2013, último día.

15 de febrero, El Rocío.

El último día en Doñana no me costó nada madrugar de nuevo. Sólo me quedaban unas pocas horas para disfrutar de la marisma. De nuevo con las garcetas, los patos cucharas, los moritos, que serán abundantes aquí, pero a saber cuando volveré a verlos y tan bien.

Morito (Plegadis falcinellus)

Las espátulas descansaban lejos y los flamencos tampoco se acercaron, pero como novedad pude ver una garcilla cangrejera. Además se dejaron ver muy bien una pareja de ánades rabudos y algunas agujas colinegras alimentándose cerca de la orilla.

Este es el vídeo de aquella mañana.


Las especies protagonistas, más visibles, por orden de aparición: morito (Plegadis falcinellus), espátula (Platalea leucorodia), flamenco común (Phoenicopterus ruber), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), aguja colinegra (Limosa limosa), cuchara común (Anas clypeata), garceta común (Egretta garzetta), ánade rabudo (Anas acuta). Como secundarios garza real, ánade azulón, avefrías, cigüeñuelas y fochas.

   Garceta común (Egretta garzetta). A principios del siglo XX el comercio de sus plumas llevaron a las garcetas cerca de la extinción. En Norteamérica las garcetas se convirtieron en el símbolo del movimiento de conservación.

La garceta lucía una blancura espectacular, preparada para el cortejo. Las espátulas presentaban igualmente su plumaje nupcial, con sus graciosas crestas. Sin embargo la garcilla cangrejera que aparece al principio del vídeo, mostraba un plumaje de invierno, listado, sin desarrollar todavía la larguísima cresta de plumas ornamentales que lucirá en primavera. Esta garcilla solitaria, al parecer ha pasado el invierno en la marisma, a pesar de ser una especie estival migradora, y ahora espera la vuelta de sus congéneres. Será que faltó a clase el día que explicaron que era eso de la migración o tal vez le guste demasiado Doñana como para marcharse, normal, incluso algunas golondrinas deciden quedarse por allí en invierno.

Cuchara común (Anas clypeata)

Un buen número de patos cucharas pasan el invierno en la península, al acercarse la primavera volarán a sus tierras de origen. En España, en el límite de su área de distribución, tan solo unas 200 parejas permanecen durante todo el año y se reproducen. Es una especie presente en gran parte de Europa, Asia y Norteamérica. En Europa sus principales áreas de cría están en el norte y este, con las mayores poblaciones en Rusia. Tiene una dieta variada pero principalmente planctónica. Con su especializado pico filtra la superficie del agua capturando pequeños invertebrados (insectos y sus larvas, moluscos y crustáceos). También se alimenta de semillas y plantas y puede capuzar cola arriba buscando en el fondo como hacen otros patos.

Es curioso ver como a menudo se alimentan de forma cooperativa, nadando en círculos, en corros, así cada pato va removiendo el lodo que va filtrando el siguiente ave. Aunque es un comportamiento fácil de observar no he tenido oportunidad de grabarlo. En el vídeo se puede ver como los ánades rabudos remueven el fango del fondo con las patas para levantar las partículas de alimento que luego van filtrando, y a veces lo hacen en pareja, cabeza con cola, en lo que parece un comportamiento cooperativo similar.

Ánade rabudo (Anas acuta)

Los ánades rabudos no son unos invernantes tan abundantes en la península como los cucharas (en censos antiguos se contaron unos 25.000 rabudos invernantes frente a 145.000 cucharas). Su área de distribución es similar, y en primavera sólo un centenar de parejas criarán en España, siendo las marismas del Guadalquivir la zona de reproducción más importante. Es de dieta más vegetariana, aunque en primavera y verano ingiere también invertebrados e incluso anfibios y pequeños peces. En Europa también tiene las mayores poblaciones en Rusia.

Aguja colinegra (Limosa limosa)

La aguja colinegra es la única de las especies del vídeo que no cría en España, aunque lo ha hecho en el pasado reciente de forma esporádica, con un censo de unas 10 parejas apenas. Su área de distribución en época reproductora es bastante similar en Europa a la de los dos patos anteriores, aunque no se extiende tanto por Asia y no aparece en norteamérica. En Doñana pasan el invierno unas 24.000 agujas colinegras de media.

Como veis hablar de Doñana es hablar de grandes cifras, miles y miles de aves, miles de hectáreas, miles de visitas, de especies espectaculares y poco comunes, tantas imágenes para recordar. He sido ciertamente injusto a la hora de resaltar algunas especies con fotos e información añadida, todas se merecerían un pequeño apartado al menos, desde las pequeñas tarabillas a las águilas imperiales que sólo pude ver a lo lejos, aunque de todas ellas me quedo con el pájaro moscón. Conseguir grabarle en los vídeos que aparecen en el post anterior me hizo tanta o más ilusión que las grabaciones de cigüeñas negras o  la lechuza campestre, y la dificultad y el "sufrimiento" tratando de obtener el mejor resultado posible fue superior. Espero algún día poder contaros más de ese pajarillo tan particular.

Y ahora sólo me queda una cosa que decir, para una persona especial, de nuevo soy feliz de poder dedicarte en este día esta entrada, el vídeo y también el de los simpáticos pájaros moscones, que sé que tanto te gustan. Un beso pequeña.  











Doñana, febrero 2013.


A mediados de febrero, aprovechando unos días soleados, me escape a Doñana. Además de visitar el parque nacional, una jornada la dedique al menos conocido parque natural, el cual rodea al primero y también es un lugar excepcional. El Parque Nacional de Doñana es el espacio protegido más emblemático de España, tal vez el más conocido internacionalmente, pero al mismo tiempo resulta bastante inasequible, muchos de sus tesoros quedan ocultos al visitante. La fama de Doñana hace que muchas veces se acuda al Parque con expectativas que luego no se cumplen. Para los que disfrutamos viendo pájaros es un paraiso. En invierno es un refugio natural para innumerable aves. El Parque Natural, que sirve de colchón protector al Parque Nacional, es más accesible y es parte importante de ese mismo refugio.


Anade Rabudo - Anas acuta

La primera vez que visité el parque natural, un día de enero especialmente frío, Marian y yo apenas tuvimos un momento de descanso, que si las cigüeñas negras, las espátulas, unos calamones, las garcetas, nuestras primeras garcetas grandes seguramente, pechiazules, moritos, cientos de moritos que nunca habíamos visto tampoco, no nos lo podíamos creer, aquellas cigüeñas negras entre las espátulas, las dos especies tan cerca de nosotros, espectaculares, nos cortaron la respiración.

Llevaba un plano militar en el que procuraba localizar nuestra posición cada poco rato, entonces no había gps's y aquella inmensa planicie de pastos, arrozales y marismas, parecía un laberinto de caminos. Al anochecer aún estabamos en medio del parque natural, apenas habíamos iniciado la vuelta y junto a nosotros levantaban el vuelo las lechuzas campestres, hoy llamados búhos campestres, al final se cruzaron también algunas lechuzas comunes y ya no teníamos claro cuales eran unas y otras. Fue casi milagroso que salieramos de allí sin dar más vueltas de las debidas. Más de 10 años después quería repetir aquel emocionante anochecer, que las lechuzas volaran a mi alrededor, pero no pudo ser, la primera vez siempre es la primera vez, y en el campo nunca un día es igual a otro. Tenía un recuerdo parcial de aquellos caminos. Llevé el mismo plano que entonces pero ya tenía una idea de adonde llevaba cada cruze, no necesité encender el gps, ahora hay más señalización y los caminos están en mucho mejor estado. Esa sensación de estar perdido, o casi, no se repitió. Eso sí, tampoco hubo tiempo para descansar de ver aves. El búho campestre se dejó ver en mitad de la tarde, de caza, sobrevolando a poca altura un campo de jaramagos entre los que aterrizó al alcance de mi telescopio. De noche, cuando abandonaba el parque, una lechuza común se posó durante un par de larguísimos segundos a pocos metros del coche, esta vez al alcance de la vista y de la luz lateral de los faros. No fue como la primera vez pero estuvo muy bien.

Elanio Común - Elanus caeruleus
Martinete Común - Nycticorax nycticorax, en el dormidero.


En el siguiente vídeo hay momentos de aquella jornada, pero también escenas tomadas en la Doñana más conocida, junto al Rocío y desde los observatorios habilitados para los visitantes. Os animo a verlo si disponeis de unos minutos, y también a disfrutar de la música que he seleccionado. Más adelante os dejo la lista de las especies que aparecen y un poco de información sobre algunas de ellas, pero primero el vídeo.


Las aves son, por orden de aparición: calamón (Porphyrio porphyrio), morito (Plegadis falcinellus), cigüeña blanca (Ciconia ciconia), garceta común (Egretta garzetta), pájaro moscón (Remiz pendulinus), búho campestre (Asio flammeus), cigüeña negra (Ciconia nigra), grulla común (Grus grus), abubilla (Upupa epops), tarabilla común (Saxicola rubicola), cogujada montesina (Galerida theklae), andarrios grande (Tringa ochropus), busardo ratonero (Buteo buteo), cuchara común (Anas clypeata), agachadiza común (Gallinago gallinago), cerceta común (Anas strepera), ánade rabudo (Anas acuta), espátula (Platalea leucorodia) y algunos ánades frisos (Anas strepera) entre cucharas y cercetas.

Calamón
El gallo azul de las marismas en mis inicios de pajarero era un ave exclusiva de los documentales de Doñana, su último refugio. Poco a poco, la caza y la degradación de los humedales provocaron su extinción en el resto de España, y a mediados del siglo veinte era un ave muy rara. El "gall de canyar", por ejemplo, desapareció de la albufera de Valencia hacia 1916. Ahora no es difícil verlo en la Albufera donde se reintrodujo la especie, ni en otros humedales levantinos. Una vez declarada como especie protegida empezó a recuperarse y a expandirse desde su refugío, de forma natural. Siguiendo el Guadalquivir llegó a Córdoba, y subió más, paso a la cuenca del Tajo y llegó a Madrid incluso. Antes, mucho antes, el calamón era un ave familiar para las gentes que vivian junto a zonas húmedas, confiada se alimentaba cerca de las casas, y mucho antes aún hay testimonios de su domesticación en tiempos de los romanos. En algún momento rompimos una especie de pacto, tal vez sagrado, de respeto y el gallo azul se alejó del hombre.

Morito
Morito, a la derecha, alimentándose junto a una garceta común

El morito es el único ibis superviviente de nuestra fauna (o casi). A principios del siglo XX fue exterminado en sus colonias de cría de Doñana. Después sólo crió de forma esporádica algunos años, hasta que en la década de los noventa, vuelve a criar en España, primero dos parejas en la albufera de Valencia en 1993 y una sola en 1994. Curiosamente no ha vuelto a criar en la albufera, pero si lo hizo en 1996 en el delta del Ebro, donde se mantiene una pequeña colonia, y en Doñana, donde ahora se pueden ver cientos de moritos (7.200 parejas en 2011). También cría en las salinas de Santa Pola. En 2012 se formó una pequeña colonia en Badajoz (Juan Carlos Paniagua y Atanasio (Nacho) Fernández)* y una pareja parece que crió en las tablas de Daimiel, y estos cinco puntos son los unicos lugares donde anida el morito en toda España. Al tratarse de una especie nómada en ocasiones puede ser vista también fuera de sus zonas de cría. La fuerte sequía del invierno 2011-2012 provocó una fuerte dispersión de los moritos de Doñana, con observaciones por toda la península Ibérica, incluyendo el interior y la cornisa Cantábrica, y con citas de varios cientos en la Albufera de Valencia (Juan Carlos Paniagua y Atanasio (Nacho) Fernández)*. De hecho este invierno disfruté del vuelo de un bando en unos arrozales cerca del Saler, quien sabe si pronto volverá a criar en Valencia.
*http://aves-extremadura.blogspot.com.es/2012/08/primera-reproduccion-de-morito-en.html

Búho campestre
El búho campestre es sólo un poco mayor que una lechuza común. Con frecuencia se le puede ver de caza a plena luz del día. En España es una especie invernante común, no cría en Doñana. En el resto del país sólo criaba de forma ocasional hasta que en la década de los noventa del siglo pasado decidió establecerse definitivamente para aprovechar las explosiones demográficas, hasta entonces inéditas, de topillo campesino en la meseta norte (las famosas "plagas" de topillos).

Si como invernante puede tener una población de hasta 70.000 aves, como residente y reproductora puede que no llegue a las 1.000 aves.

Cigüeña negra

La otra cigüeña, la otra cara de la moneda, escasa y montaraz. No llegan a 400 parejas en España, tan solo. Amenazadas y desconocidas, las cigüeñas negras españolas son particulares. Forman una población aislada y pequeña. Hay otras dos grandes poblaciones, la euroasiática y la sudafricana. Las euroasiáticas son todas migradoras y crían en árboles. Las sudafricanas son bastante sedentarias y crían en roca (paredes, cantiles, cortados). Las españolas anidan al 50% en roca y en árbol y no todas son migradoras, algunas no vuelan a África al terminar de criar*.

España es lugar de paso para las cigüeñas europeas, cientos de ellas cruzan el estrecho de Gibraltar durante la migración. Sin embargo Doñana es uno de los puntos elegidos por algunas de ellas para invernar, hasta un centenar, siendo el lugar de invernada más importante en España. Al parecer los cangrejos americanos (Procambarus clarkii) que abundan en los arrozales, permiten el sustento de estas aves durante el invierno. Las aves que invernan en España tienen diversas procedencias, las hay españolas y portuguesas pero también de otros paises de Europa*.
*Luis Santiago Cano, Tesis Doctoral.

Narcissus papyraceus, la última tarde en Doñana.

En busca del invernante irregular.

 Braojos, Sierra Norte de Madrid, 30 de enero de 2013.


En invierno la península Ibérica acoge innumerables aves invernantes, petirrojos, lavanderas, pinzones, jilgueros, zorzales... y ninguna cruza la frontera con papeles, como es natural, pero no me estoy refiriendo a eso.

A últimos de enero me acerqué a Braojos a darme una vuelta, uno de mis propósitos era buscar escribanos cerillos, un pajarillo del tamaño de un gorrión con un bonito plumaje amarillento en los machos. No cría en Madrid donde es un invernante escaso, considerado regular, a pesar de que las observaciones que se tienen son muy escasas, por mi parte y dado que muchos años me paso sin verlos, para mi es un verdadero invernante irregular. Sólo una parte de las aves que residen en el norte son viajeras. De Alemania es tal vez mi última cita de esta especie y fue un 24 de enero. Es un pájaro de comportamiento cauteloso y las hembras pueden ser muy difíciles de distinguir del escribano soteño, especie más común. Cuando repaso mis cuadernos de campo, más de 25 años de anotaciones, me encuentro con la frustrante situación de que en un buen número de observaciones no he sido capaz de tener la seguridad de que se trataba de un cerillo y no un soteño.

Al mediodía hago un recorrido que me lleva por un par de puntos en los que he observado antiguamente cerillos en estas fechas. Los dos coinciden en ser áreas abiertas, de pasto, con lindes arboladas, donde los ganaderos reparten paja a las vacas y donde fringílidos, gorriones y escribanos acuden también a alimentarse.

 Tal como hoy, el 17 de enero de 2007, tampoco tuve suerte con los cerillos.

No aparecieron, una pena pues como ya he dicho son unos pájaros muy bonitos. Pero en la busqueda si pude ver otros ilustres invernantes, al inicio del camino las voces alborotadas de unos gansos en vuelo hicieron que levantara la vista en su busca, se trataba de dos grupos de ánsares enfilando hacia el puerto de Somosierra, serán unos ochenta, estamos en plena invernada y estos gansos silvestres ya han decidido que es hora de volver a casa. Más adelante tuve la suerte de toparme con un pequeño grupo de zorzales alirrojos. Los alirrojos son más fáciles de ver, esta especie es una invernante común, pero en mi mente ha adquirido también la condición de casi irregular, seguramente no merecida pues hay que tener en cuenta que en los últimos años no he pajareado con la regularidad de antes, soy yo el irregular. En todo caso lo cierto es que tampoco es un pájaro abundante en Madrid, no cría en España, y es una alegría verlo.

Para dar cuenta de mis viandas decido cambiar de entorno y me acerco al pinar. Nada más llegar un cuervo se deja ver a corta distancia, algo no habitual por aquí, pues suelen recelar mucho. Puedo distinguir bien que lleva algo en el pico, eso no es raro del todo, esta vez veo bien que ese algo tiene dos patas que le cuelgan. El cuervo se posa en la ladera de enfrente en unas rocas y empieza a comer, es un pajarillo, muerto, da la sensación de que acaba de capturarlo, su cabeza balancea inerme en cada picotazo. Antes de terminar con el pájaro el cuervo vuela llevándose unos últimos restos.


Decido acercarme para tratar de identificar a la víctima, la subida no es cómoda pero no tardo en llegar y así compruebo que se trataba de un pinzón vulgar macho (tomé fotos pero una cabeza sin cara no es agradable de ver). Los pinzones son pájaros abundantes y más ahora en invierno, pues además de los residentes nos encontramos con bandos de invernantes. He parado a comer, y desde donde me encuentro los pinzones son los pájaros más fáciles de detectar ahora, vuelan de un lado a otro. Al reanudar la marcha me paro a observar unos con los prismáticos cuando se posan en lo alto de un fresno, y junto a ellos descubro un macho de pinzon real, al acercarme también veo una hembra y pienso que debe haber alguno más entre el bando de pinzones que escapa de mi. El pinzón real es otro invernante escaso, y en mi imaginario pajaril también se encuentra entre los irregulares y creo que con justicia, es la segunda vez que lo observo en Braojos, y pocas citas más tengo en otros puntos de Madrid. Mientras, mucho más al norte, esta especie puede formar en invierno espectaculares dormideros de millones de ejemplares, en el invierno de 2010-2011 un dormidero así se disfrutó por primera vez en el País Vasco (http://macizodelgorbea.blogspot.com.es/2010/12/el-dormidero-de-pinzon-real.html).


El 17 de enero de 2007 también acabé en el pinar.

Finalmente me introduzco entre los pinos. Al caer la tarde se respira tranquilidad y ese aire de misterio que envuelve los momentos finales del día. Entre los troncos grises observo otra figura gris mal definida, con los prismáticos confirmo que es un corzo, un macho renovando la cuerna.


Como el gordo y el flaco, dos buitres negros.

 Enero 2013. Madrid.

Avanzo por una cañada cuando un buitre negro cruza delante a muy poca altura, lo primero que pienso es que lo he debido levantar de algún punto próximo,pero no,el buitre baja y se posa a poca distancia, hay un revuelo de milanos reales y al poco tiempo otro buitre negro aterriza junto al primero. Observo a traves de los prismáticos y empiezo a entender. Los buitres se disputan unos restos de conejo que seguramente habían encontrado los milanos, y tal vez antes las urracas. Curiosamente es el segundo buitre, que por cierto tiene aspecto más juvenil,el que se hace con la pequeña carroña.

Estoy muy cerca y a la vista, aunque dentro del coche, me extraña tanta seguridad en los buitres negros. En los leonados es más habitual tanta confianza y más. Desde hace unos años, el aumento de la población de buitres por un lado y el hambre provocado por la retirada del ganado muerto del campo por otro, han hecho que no sea demasiado raro avistar un banquete de buitres, también pienso que influye que haya habido un cambio en el tipo de relación que ultimamente tenemos los españoles con la naturaleza, afortunadamente somos más los que nos acercamos a ella con respeto.




En este caso sólo son dos, no son más que los restos de un conejo, y no se demorarán más de cinco minutos en dar cuenta de ellos. El segundo buitre se ha hecho fácilmente con la situación, al principio no hay apenas reacción por parte del otro, pero hay tensión y esta es creciente hasta que por fin se produce el reparto, justo en el momento en que uno de los milanos reales que permanecían a la espera hace unas pasadas rasantes tratando de robarles algo. Esto es lo que podeis ver en el vídeo que comparto, que aunque de poca calidad de imágen sí me parece curioso.


El buitre negro es la rapaz más grande de Europa, con casi tres metros de envergadura alar (250-295 cm) y hasta diez kilos de peso. Puede pasar varios días sin alimentarse y es capaz de ingerir hasta kilo y medio de comida de una vez. Sus necesidades de alimento diario vienen a ser de algo más de medio kilo (575 g/día de media). En época de cría llegan a necesitar un consumo díario de unos 700 g de alimento. En relación a su gran tamaño sus necesidades energéticas son reducidas, hasta un 30-40% menor que lo esperado, y esto es así gracias a su habilidad planeadora, a la capacidad de almacenar reservas de grasa y por tener una temperatura corporal ligeramente inferior a la de otras rapaces de su talla. Incluso es capaz de reducir esta en cierto grado cuando la temperatura ambiente disminuye, de esta forma consigue un menor gasto energético en termorregulación*.

*Manual de gestión del hábitat y de las poblaciones de buitre negro en España. Moreno-Opo, R. y Guil, F. (Coords.) 2007.

Sierra de Andújar


 Noviembre de 2012

A últimos de noviembre pasé unos días en la Sierra de Andujar, en plena Sierra Morena, un extenso territorio de naturaleza bien conservada, de apariencia bravía, pero en realidad, como toda la península, modelada por la mano del hombre en mayor o menor medida. En el corazón de la sierra se suceden las grandes fincas dedicadas a la caza mayor. A pesar de la fecha, la berrea es intensa en algunos momentos, probablemente debido a la prolongada sequía de este año, y como es habitual durante el celo, los ciervos se dejan ver por todas partes, numerosas hembras y machos jóvenes, en  ocasiones en la misma carretera y normálmente detrás de los kilómetros de cercados que afean el paisaje. Los grandes machos no son tan fáciles de ver, si se consigue ver alguno cerca de los caminos enseguida se aleja prudentemente. Da la sensación de que hay una excesiva población de venados, no sólo por el hecho de estar viendo reses continuamente, también se aprecian manchas de monte recomidas y suelos erosionados por sobrepastoreo. La regeneración de las dehesas está comprometida. Cada año se matan 40.000 ciervos en la Sierra Morena andaluza, y aún así no se consigue controlar la expansión de la especie. La flora de la sierra sufre las consecuencias y también los propios ciervos sufren por esta excesiva densidad.

Toros bravos

Hay fincas con ganado doméstico, veo rebaños de ovejas, cerdos y vacuno de lídia. En la zona hay ganaderías de toro bravo de cierto renombre. A la luz del día parece que los toros y las vacas pastan en exclusividad en unas dehesas aún más domesticadas que las destinadas a la caza, pero por la noche en estos mismos pastos descubro grupos de gamos y ciervos, y algún jabalí. Afortunadamente también se ven conejos, estos son la clave de la supervivencia de dos especies emblemáticas del monte mediterráneo: el águila imperial y el lince. No tuve suerte de avistar al lince, pero sí a las águilas en varias ocasiones.

Águila imperial

El día de mi llegada, a última hora, las voces de una imperial me permitieron observar a la primera, bastante cerca además. Estaba claro que el águila dormiría por allí. A la mañana siguiente, al amanecer, de nuevo las volví a oir en el mismo punto. Las localicé posadas en el suelo, entre la hierba húmeda, a pocos metros de los restos de un ciervo enganchado en una alambrada cinegética. Aparentemente el ciervo había quedado fatalmente atrapado en la malla por una pata. Faltaba la mitad del animal, tal vez unos perros, los zorros, un lince quizás. Una de las águilas voló hasta un pino próximo y su compañera comió durante algo más de veinte minutos. Con el buche lleno desapareció, aunque las oía en la zona. Al poco llegó un buitre negro y en nada hasta unos veinticinco buitres leonados que desplazaron al primero impidiéndole acceder a la carroña. Hay que ver como reparten picotazos los buitres (en el vídeo abajo, desde el min 3'33'' al 8'34'').

Buitre negro junto a los buitres leonados



Río Jándula

Cormoranes grandes en el río Jándula

El río Jándula atraviesa esta sierra camino del Guadalquivir. Tiene una importancia vital para la fauna. Cormoranes y garzas acuden a pescar a sus aguas, donde también está presente la nutria. Los cormoranes, hábiles buceadores, son como nutrias con alas. Mientras los grabo por última vez comienza una débil lluvia, el río se vuelve musical. La semana anterior las lluvias fueron intensas, sus huellas son visibles, surcos y grandes cantidades de tierra arrastrados por los arroyos. Los campos están verdes. En una finca pastan una piara de cerdos y entre ellos un jabalí hoza despreocupadamente la pradera, es una situación que me resulta extraña, apenas muestra alarma por mi cuando detengo el coche, pero poco a poco se va alejando.



No lejos, a poca distancia de un gran rebaño de ovejas los venados persiguen a sus hembras, y en la siguiente finca, mucho más montaraz, además de los ciervos logro ver algunos muflones, las ovejas salvajes. Me estoy acercando a la linde cordobesa, al río Yeguas que visitamos en 2007, donde ahora imagino al niño Marcos jugando con lobos, ¿recordais la película Entre lobos? (Marcos Rodríguez Pantoja).

Casi con seguridad Sierra Morena sea el único lugar de la península donde habiten juntos los lobos y linces ibéricos, los mayores cazadores de nuestra fauna. Para nuestra vergüenza ambos al borde de la extinción. En un territorio donde las grandes poblaciones de herbívoros silvestres llegan a constituir un problema, que no se deje sitio al lobo es imperdonable.