Bueno pequeña, me ha salido una entrada un poco larga. Va con dedicatoria, para ti, por soportarme.
8 de abril de 2010. Sierra de Guadarrama. Segovia
El jueves pasado tuve una tranquila tarde serrana, sin excesos, no creas que acabé con los pies doloridos. Hizo un día de sol, y al mediodía hacía calor. A esas horas estaban especialmente activas las cicindelas, veloces escarabajos depredadores de aspecto terrible, y también los iberodorcadion, incansables andarines que siempre parece que llegan tarde a alguna cita. Me pasé un buen rato detrás de ambos, para intentar algunas tomas, y alguna conseguí (puedes hacer click en las fotos de abajo para verlas más grandes). Con las que no tuve éxito fue con las mariposas: pavo real, olmera, c-blanca y limoneras, era la hora de "y yo con estos pelos" y sólo era posible hacer disparos de lejos y a traición (los enlaces de las fotos de mariposas no son de esa tarde).
Cicindela sp
Iberodorcadion graellsii
Para comer escogí una ladera con vistas. Nada más llegar veo un ratonero que se posa en un pino, no lejos, arranca una ramilla verde y se aleja hacia el melojar (ya sabes, un tipo de bosque de robles). Volando a poca altura sigue una vaguada y justo antes de bajar entre los árboles hace un vuelo de exhibición. La ladera no tiene árboles, está salpicada de rosales y cubierta de helechos y botoneras, un típico paisaje de orla forestal. Es el territorio de caza, y seguramente de cría, de una pareja de cernícalos, que me acompañan mientras doy cuenta de los bocatas.
Luego comienzo una caminata circular sin dificultades. Deben ser las cuatro cuando veo unos corzos que pastan entre los rosales. Salen cuatro, 3 hembras y 1 macho, y puedo verles parar no muy lejos. Al asomarme a otra ladera paro a mirar con los prismáticos unos pinos lejanos. Ahí está el buitre negro echado en el nido. Cuando visité la zona hace dos meses aún no había puesto, entonces pude ver a la pareja posada en el nido, imagino que se harían algunos cariños. Ahora supongo que se trata de la hembra incubando. Desde la pista forestal sólo es visible con los prismáticos, y no es cuestión de acercarse más, mejor lo contrario.
Las carantoñas del buitre.
En otro punto de la ladera, en un claro amplio, mucho más cerca de donde estoy, hay cuatro jabalís, dos adultos y dos bermejos, pastan con el sol aún muy alto de las primeras horas de la tarde. Al poco de entrar en el pinar me llama la atención otra "cincidela" que precisamente no lo es, aunque debe ser un pariente próximo (escarabajos de la familia de los carábidos). Tengo suerte de que es mucho más tranquilo que las cincidelas y aprovecho para hacer algunas fotos. Tiene unos colores brillantes, metálicos, espectaculares.
Dinodes dives gredosanus
Sigo la marcha, un corzo huye cerca, otros tres pastan a lo lejos. El calor abre las piñas y los piñones no dejan de caer todo el día. Con su vuelo espiral y errático parecen mariposillas. Hubo un momento en que me detuve, imagino que por algún pajarillo, y de pronto un "uuuuuuuuuuhhhh" largo, fuerte, cercano, me sobresalta. Pienso que debe ser un cárabo (no, no un escarabajo, sino una rapaz nocturna). El caso es que calló, y aunque busco incluso con los prismáticos, no doy con él. Son las seis.
Al atardecer llego a la ladera donde paré a comer y me siento. Los cernícalos siguen igual, cazando, y el ratonero ciclea a media altura sobre el melojar. Un zorro campea en la misma ladera, conserva todavía un bonito pelaje largo y espeso. Los buitres se dirigen al dormidero y dos cuervos vociferan en las cercanías. La temperatura ha bajado considerablemente, y aún no son las ocho, cuando otro cárabo canta hasta en tres ocasiones desde el borde del robledal. Si que estan animados pienso. Resulta un tanto insólito escuchar sus voces a la luz del día, pero no es un hecho tan raro. Una corza aparece ladrando en la pradera que tengo debajo, se me están congelando las manos y con las últimas luces, a eso de las nueve, inicio la bajada hasta el coche.
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