Por Francia. (Tercera parte). Fontainebleau y La Plaine de Sorques.

30 de julio de 2010

Tras pasar la mañana en Fontainebleau, ¡por fin! llegó una tarde de campo. Cruzamos el bosque de Fontainebleau hacia el sur, hasta La Plaine de Sorques, una zona de graveras restauradas en la que estuvimos entretenidos hasta el anochecer.

De todas formas tengo que confesar que la visita al palacio de Fontainebleau también tuvo su interés.

Halcón de cetrería. Seguro que estas aves alguna vez ocuparon un lugar privilegiado en palacio.

Avutarda abatida, junto a otras presas, en un tapiz. Hubo un tiempo en que esta especie también vivía en Francia, aunque localizada. Ahora no, se extinguió en la segunda mitad del siglo XIX.

Un cazador escocés.

Espátula en la tapicería de una silla.

En la Plaine de Sorques pasamos buena parte del tiempo en uno de los observatorios. También paseamos, fui atento a los pájaros carpinteros pero no logré ver ninguno, y eso que había árboles con grandes agujeros por todas partes.


El observatorio estaba cerca de una isla donde descansaban un buen número de avefrías.



Además de avefrías había gaviotas reidoras y una joven gaviota patiamarilla. Las tres garcetas comunes compusieron las escenas de mayor belleza, mientras una garza real solía verse acompañada de un pequeño bando de barnaclas canadienses. Una pareja de cisnes vulgares, algunas gallinetas y una agachadiza común aparecían a veces cerca del observatorio, igual que algunos conejos que no salen en el video. Tampoco aparecen los somormujos lavancos, uno de ellos echado en un nido sobre el agua, cerca de la orilla opuesta, dos charranes comunes, los corzos que oimos ladrar en el bosque de en frente, o el joven macho de ciervo, cojo, que apareció unos segundos en una orilla. Un gavilán voló rápido sobre los árboles transportando una presa.

Las mariposas del video son Celastrina argiolus y las muy abundantes ese día Pyronia tithonus, y los caballitos del diablo son Platycnemis pennipes y Calopteryx splendens. Enallagma cyathigerum fue otro de los caballitos del diablo que observamos, igual que muchos Lestes viridis. El lagarto verde (Lacerta bilineata) cruzó el sendero que llevaba al observatorio. Tiene el aspecto de una hembra joven.

Si cerraba los ojos una mancha oscura en los párpados parecía simular un ojo abierto y vigilante.

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