18 de enero de 2017. Sierra de Guadarrama
En realidad son más de trece kilómetros, y en realidad no importa cuántos sean, pocos, pero los suficientes como para sentirlos no sólo en los pies, los suficientes para embaucar a una mente que insiste en recordar sus orígenes.
Empieza el camino de nuevo.
Hasta que no siento un fuerte dolor en las manos no me doy cuenta de que se me están congelando.
El hielo forma banderas que no había visto antes.
Un sucio cielo amarronado cubre los pinares segovianos, enfrente está Pedraza, al fondo las tierras de Cuellar.
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