Rumanía 2013. Terminan las vacaciones.

19 de septiembre de 2013

Mar Negro (20-septiembre-2013)

Se acababa Rumanía, así lo sentíamos cuando dejamos Tulcea y el Delta del Danubio. Todavía teníamos dos largas jornadas antes de la prevista llegada a Bucarest la tarde del día siguiente, pero efectivamente estábamos de vuelta.

El día fue algo frío y después de atravesar el bosque de Badabag, en el que hicimos una breve parada para ver algunos pajarillos forestales, entre ellos los carboneros lúgubres (Poecile lugubris) que ya no volveríamos a ver, quedamos a merced del viento en las amplias llanuras al sur del delta del Danubio.

Entre la carretera que llevabamos y el Mar Negro todavía se extiende la Reserva de la Biosfera del Delta que da protección a otro importante complejo lagunar que queremos visitar aunque sólo sea de refilón. Para ello salimos hacia Sinoe y desde allí hacia las ruinas de Histria. A orillas del Lago Sinoe  se encuentran las ruinas de un antiguo asentamiento griego, Istros, y luego romano, Histria. Al parecer fue en la época de los griegos cuando lo que era un golfo del Mar Negro terminó de cerrarse con los aportes de limos del Danubio y se convirtió en el lago.

La estrecha carretera hacia el yacimiento arqueológico pasa entre otras dos grandes lagunas y hacemos una parada (Road to Histria, imagen de google maps). El lago Nuntaşi apenas tiene agua y las aves quedan muy retiradas. Hay combatientes (Philomachus pugnax), avocetas (Recurvirostra avosetta), agujas colinegras (Limosa limosa), tarros canelos (Tadorna ferruginea), tarros blancos (Tadorna tadorna), gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y las que parecen gaviotas cáspicas (Larus cachinnans).

Lago Nuntaşi

Lacul Nuntaşi, România. A la tarde aparecieron las gaviotas cabecinegras.

Al llegar junto a las ruinas de Histria se aprecian muchas aves en paso migratorio: golondrinas (Hirundo rustica), colirrojos reales (Phoenicurus phoenicurus), mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus), abejarucos (Merops apiaster), papamoscas grises (Muscicapa striata) y papirrojos (Ficedula parva) y varios gavilanes (Accipiter nisus). También observamos un alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio).

En el Lago Sinoe vemos un bando de cisnes vulgares (Cygnus olor) y cuando estamos acercándonos a su orilla, entre el pasto ralo próximo al carrizal, descubrimos un grupito de unos 10 alcaravanes (Burhinus oedicnemus).



Después de comer volvimos a parar entre los dos lagos. Vemos un bando de gaviotas cabecinegras (Ichthyaetus melanocephalus), es su hora del baño. Un bando de pelícanos vulgares (Pelecanus onocrotalus) pasan en vuelo bajo y también volando bajo un cernícalo patirrojo (Falco vespertinus) macho cruza las lagunas hacia el sur, el único que pudimos ver en Rumanía. También nosotros seguimos hacia el sur, queremos parar en Vadu, en el límite de la Reserva. La carretera de largas rectas atraviesa campos de cultivo cuando en una gran torreta de la red eléctrica observamos una rapaz. Se trata de un joven halcón sacre (Falco cherrug).


Vadu es conocida por sus playas vírgenes que son las que separan el Lago Sinoe del Mar Muerto. Llegamos con el tiempo justo, la tarde se había quedado gris. El pueblo tenía un aspecto desalentador y la gran fábrica de uranio abandonada a la que nos acercábamos no ayudaba a mejorar esa imagen. Junto a ella se extendía un gran carrizal que atravesamos por un camino flanqueado por feas columnas de hormigón y que lleva a las playas (podeis verlo aquí) Paramos a ver si descubríamos algún pajarillo, pero no hubo suerte, era mi última esperanza de ver bigotudos.

Con el coche subimos al dique de una de las balsas que debieron formar parte en su día del complejo industrial (igual que el coche de esta foto de google maps). Unos perros se acercaron, Marian no se fiaba, -me quedo en el coche, me dice, -bueno, yo ya estoy vacunado (de la rabia), si me muerden es algo que llevo ganado, le dije, y salí para preparar el telescopio. Pero la suerte había cambiado, los perros eran amistosos, lo cual hizo que también ella bajara del coche, llegando a compartir unos frutos secos con ellos y así congraciarse con los canes rumanos después de una mala experiencia a nuestra llegada, y por supuesto yo no podía quedarme en el coche mientras a poca distancia en el agua observaba las dos últimas especies nuevas de mi lista de aves rumanas: un falaropo picofino (Phalaropus lobatus) y una gaviota enana (Hydrocoloeus minutus), dos jóvenes de ambas especies, que componían una curiosa escena en blanco y negro. Además el viento se había calmado, era una buena manera de casi terminar las vacaciones.


Se trata de dos aves en paso migratorio.

Parecía una competición de comer mosquitos.

El pequeño falaropo es un limícola peculiar. En vez de buscar su alimento correteando por playas y orillas limosas lo hace nadando, y además el invierno lo pasa en alta mar. Otra característica de estas aves es la inversión de papeles de machos y hembras. Las hembras en primavera son las que tienen el plumaje más vistoso, pueden aparearse con varios machos y son estos los que incuban y sacan adelante a los pollos. Su área de reproducción se encuentra en torno al Ártico.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario