El 15 de junio del año pasado, de pura chiripa, me di cuenta que tenía un cernícalo en una azotea próxima. Había hecho presa en un pichón sin emplumar, creo que de paloma pues no se ven tórtolas turcas por aquí. No sé si es un tipo de captura habitual, pero es conocido que el cernícalo es un cazador atento a cualquier oportunidad, sacando provecho incluso de las jaulas con pájaros que sus dueños dejan solearse en el exterior de las casas (y no son los únicos que aprovechan estas situaciones).
15 de junio de 2014. Madrid.
Se fue con buena parte del pichón sin consumir, en esa fecha sus pollos pueden estar a punto de volar.
Dos días antes, a primera hora de la mañana, en el nido que hay bajo mi ventana, las torcaces seguían incubando sus dos huevos, y unas horas después, la puesta había desaparecido, las palomas también, y quien se acercaba a curiosear era la urraca ¿volvía al lugar del crimen? Los polluelos, si todo hubiera ido bien, habrían roto el cascarón puede que el mismo día que el cernícalo se comía el pichón enfrente de mi ventana.
Primer huevo de las torcaces, 28 de mayo. |
12 de junio, incubando un día antes de que perdieran los huevos
13 de junio. Urraca visitando el nido vacío.
Hace tiempo que no están tranquilas las palomas en la ciudad, una vez que llegaron las urracas, los cernícalos y los halcones.
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