Termina 2020, un año que los habitantes del llamado "primer mundo", de esta opulenta sociedad, no vamos a olvidar. No ha sido un año más, en todo caso un año menos. Sin embargo estas circunstancias han sido favorables para que pueda presentar ahora un nuevo blog: AVES DE BRAOJOS.
En realidad no es nuevo, pues lleva en modo borrador unos ocho años y todavía alguno más dando vueltas en mi cabeza, como sigue haciéndolo. En realidad no pasará del modo borrador nunca. Es un blog que me ha hecho y me hace recordar. También me ha permitido y me permite aprender, seguir descubriendo, no sólo de pájaros, también de la historia y el paisaje de las tierras que lo protagonizan.
Los recuerdos y la historia forman parte de este paisaje |
No sé en qué grado conseguiré transmitir enseñanzas adquiridas y recuerdos, pero si algo quisiera conseguir es despertar la curiosidad, ese placer por seguir conociendo, y promover el respeto por la vida, los mismos objetivos que me animan en este y otros blogs.
Con cada especie de ave que voy incorporando no dejo de asombrarme, me sorprenden muchos de los aspectos más cotidianos de sus vidas. La crianza cooperativa de los pequeños y confiados mitos, la vida en pareja de las inteligentes grajillas, el “veganismo” de los verdecillos, la condición de nómadas reproductores de los lúganos, son algunos ejemplos de la cantidad de detalles fascinantes de la vida y la historia natural de las aves que nos acompañan, como las posibilidades de entrecruzamiento que mantienen carboneros garrapinos y herrerillos capuchinos, un mecanismo evolutivo tal vez no despreciable, la hibridación, que viene a desdibujar esa nítida imagen en la que separamos y organizamos a cada grupo animal, incluido el nuestro, y que nos hace pensar en algunas de las características fundamentales de la vida: el cambio, la no permanencia, y la historia ancestral compartida.
Con cada especie de ave que voy incorporando no dejo de asombrarme, me sorprenden muchos de los aspectos más cotidianos de sus vidas. La crianza cooperativa de los pequeños y confiados mitos, la vida en pareja de las inteligentes grajillas, el “veganismo” de los verdecillos, la condición de nómadas reproductores de los lúganos, son algunos ejemplos de la cantidad de detalles fascinantes de la vida y la historia natural de las aves que nos acompañan, como las posibilidades de entrecruzamiento que mantienen carboneros garrapinos y herrerillos capuchinos, un mecanismo evolutivo tal vez no despreciable, la hibridación, que viene a desdibujar esa nítida imagen en la que separamos y organizamos a cada grupo animal, incluido el nuestro, y que nos hace pensar en algunas de las características fundamentales de la vida: el cambio, la no permanencia, y la historia ancestral compartida.
Si las piedras hablaran |
El blog presenta la estructura típica de entradas que se van añadiendo, en las que se muestran las aves que habitan en Braojos, pero además se complementa con otras cuatro páginas: Lista de especies; Una historia del territorio; Los paisajes de Braojos; y Los mapas del atlas (pues el blog viene a ser un atlas de las aves que crían en Braojos).
No se trata de una guía de aves. Los textos que acompañan a cada especie son breves y en ellos se intercalan un mapa de distribución, fotografías y vídeos de calidad desigual. Para conocer más sobre ellas podéis acudir a los contenidos de los tres enlaces que he añadido en un lateral del blog. De la misma forma la historia de Braojos se reduce a un repaso rápido, muy resumido, del largo transcurrir del tiempo en esta pequeña porción de naturaleza. Afortunadamente, internet permite acceder fácilmente a numerosas publicaciones con las que ampliar y profundizar en ese relato, de las que hago una relación al final del texto.
Amanece en la sierra |
Atendiendo a la clasificación filogenética de las aves, que suele ser el orden seguido en las guías e inventarios o listas de fauna, se puede decir que he comenzado el blog por el final. Podría justificarme con diversos motivos. Podría ser que tenga debilidad por los pequeños pájaros, o que pretenda compensar su menor protagonismo habitual frente a especies de asumido carácter emblemático, o podría ser otra forma de romper con lo tradicional. Tal vez lo haga para obligarme a continuar, pues ya no hay marcha atrás posible, o simplemente porque desde el principio está claro que este blog tiene un final, inconcluso, y al que espero llegar.