En el pilón (3). Dos picos especiales.

25 de agosto de 2010. Madrid, pie de sierra.

Sólo pude ver un Picogordo en toda la mañana, una hembra adulta con el plumaje muy gastado, y tampoco pude ver más que un Pito Real, una hembra nacida pocos meses antes. Además, para mi desesperación, aparecieron al mismo tiempo. Decidí grabar primero al Pito real, mientras vigilaba de reojo al Picogordo. El Picogordo permaneció largo rato en una rama, suelen ser pájaros muy tranquilos. Cuando voló el Pito real, pasando junto a mi, aún tuve oportunidad de grabar al Picogordo durante unos minutos.

Se trata de dos especies más bien tímidas, que por lo demás pocas cosas tienen en común. El poseer picos especialmente fuertes es algo que sí comparten. Se trata de picos muy distintos. El Picogordo pertenece a un grupo de aves granívoras, los fringílidos, como los pinzones, jilgueros y verderones o como los canarios. Los pájaros cuya alimentación se basa en semillas se caracterizan por presentar un pico cónico clásico, en el caso del Picogordo este es de talla grande o muy grande.

El pico de los fringílidos presenta algunas sutiles adaptaciones. En el paladar hay dos cantos internos, uno a cada lado, que forman, con el filo cortante externo del pico, un surco en el que encaja el filo de la mandíbula inferior. Con ayuda de la lengua, en esos surcos es donde manipulan las semillas y consiguen pelarlas y expulsar la cáscara. En el caso del Picogordo, el pico es aún más especializado. Detrás de las crestas mencionadas, en el paladar hay un par de protuberancias córneas finamente dentadas, junto con un par similar en el maxilar inferior. Con ellas se ayuda para partir las grandes semillas, y así distribuir la fuerza del golpe más uniformemente en el cráneo - enlace a imagen de un cráneo de Picogordo, vista inferior de mandíbula superior, cara interna del pico-.

Así dotado, el Picogordo es capaz de partir los huesos de cerezas y aceitunas, gracias también a una potente musculatura. Hay que añadir que las protuberancias corneas del paladar de los picogordos, aparecen cuando el cráneo está totalmente osificado, una vez que las aves llegan a su primer invierno, de forma que antes, en sus primeros meses de vida, sólo pueden comer semillas más blandas.

La dieta rica en semillas de los picogordos parece que tiene como consecuencia que tengan que beber con regularidad. Se ha visto que los picogordos son más abundantes en aquellas zonas forestales con más puntos de agua.

Es posible diferenciar el sexo por la mitad externa de las secundarias del centro del ala, que en el macho es negro brillante y en la hembra es gris. La punta de las primarias internas forman un discreto adorno.

El Pito real tiene un pico típico de pájaro carpintero, una eficacísima herramienta perforadora, un pico recto, reforzado con crestas longitudinales y con una punta con forma de cincel.

Picus viridis sharpei (hembra joven)

Más sorprendentes son las adaptaciones anatómicas que acompañan al pico. El cráneo está reforzado para evitar daños al cerebro cuando taladran la madera. La forma en que se une el pico con el cráneo y la acción de un músculo permiten absorber la fuerza de los golpes. Además presentan también adaptaciones especiales en los músculos del cuello y en las vértebras cervicales que sirven de inserción a estos.

La lengua es muy larga y protráctil -es decir, que se puede proyectar fuera de la boca, del pico en este caso, como en los camaleones o los osos hormigueros, por ejemplo-, la más larga de las aves, que tienen que recoger en una especie de estuche que rodea el cráneo. La lengua recogida y la especializada musculatura que hace posible su extensión y retracción, también sirve de protección al cráneo cuando martillea. Con esta lengua pueden explorar las galerías en la madera o, sobre todo en el caso del pito real, los hormigueros, y capturar sus presas. Las hormigas son la base de la alimentación del Pito Real, por lo cual es un pájaro carpintero más terrestre que arborícola.

Pude grabar a las dos aves durante varios minutos, que resumo en el siguiente vídeo ( http://www.youtube.com/watch?v=9fMuWGYdtVE). Está editado en alta definición por lo que, si disponeis de una buena conexión, podeis verlo bien a pantalla completa.


En el pilón (2). Mas movimiento.

25 de agosto de 2010. Madrid, pie de sierra.

Son las ocho y media, cuando un ruiseñor común se deja ver a placer, aunque a la sombra. Siguen presentes los mirlos, verderones, pinzones, zarceros, y aparecen unos jilgueros, apenas puedo captar a los adultos, pero sí a algún jovencillo. Los jóvenes jilgueros para el otoño, tras la muda, ya tendrán la bonita cabeza de los adultos con sus plumas rojas, blancas y negras, pero ahora lucen su primer plumaje, mucho más discreto, con la cabeza grisacea.

Joven jilguero

También es joven uno de los colirrojos reales, un macho, el otro, también es macho y parece adulto. Se distinguen de las hembras por su garganta negruzca, aunque en el joven todavía es gris, y por la mayor intensidad de los tonos anaranjados del pecho.

Colirrojo real macho joven

Colirrojo real macho

Con un poco de suerte puedo grabar a un par de mosquiteros musicales, sus movimientos no son tan rápidos e imprevisibles como los de otras especies de mosquiteros. Dos de ellos tienen unos tonos amarillos que se extienden por pecho y vientre, un plumaje propio de los jóvenes del año.


Mosquiteros musicales

A todos ellos los podemos ver en el siguiente video.



Por orden de aparición: Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), jilguero (carduelis carduelis), verderón común (Carduelis chloris), mirlo común (Turdus merula), mosquitero musical (Phylloscopus trochilus) y zarcero común (Hippolais polyglotta).

En el pilón (1). Primeros visitantes.

25 de agosto de 2010. Madrid, pie de sierra.

Casi son las siete de la mañana, una vez escondido, espero las primeras luces del día. Delante tengo el pilón que tan buenos ratos me deparó el año pasado. Ha tocado dormir poco, andar más de un kilómetro cargando con todo el equipo y tener todo listo antes de que claree.
Hacía una noche estupenda y pude disfrutar de un par de chotacabras cazando muy cerca de mi.
Comparado con el año anterior, las circunstancias son diferentes. Entonces era octubre. Tras un largo periodo de sequía, el pilón era un punto de encuentro muy animado. Esta vez, en pleno agosto, el agua llega hasta el arroyo y los pájaros pueden beber y bañarse ocultos por las zarzas y salgueras de la orilla, además faltan muchos pájaros, aquellos primeros invernantes que acudían al pilón en octubre. Por contra, estamos en pleno paso migratorio y además las estivales aún permanecen en la zona, con lo que tengo esperanzas de capturar en vídeo nuevas especies.

Pinzón vulgar macho

Los mirlos son los primeros en llegar, también algún pinzón, verderones y una torcaz. Un ruiseñor bastardo descansa durante un buen rato en una ramilla, aún hay muy poca luz. Un mirlo da la voz de alarma, es el zorro, no le había visto llegar, igual sucedió el año pasado, pero este no se detiene, camina acercándose, entonces descubre el escondrijo y huye sin pensárselo dos veces, sólo se detiene justo antes de cruzar el zarzal tras el que desaparece, para mirar durante no más de cinco segundos hacia el hide, imposible grabarle. La verdad es que me sorprende este comportamiento tan asustadizo, en las aves no veo señales de recelo, claro que lo mismo es que no veo las caras de las que se van sin bajar. Los estorninos comen junto al hide, y el joven pito real, después de beber, pasa volando junto a mi. Incluso los jabalís pasan muy cerca, al trote, parecen ansiosos por llegar al terreno encharcado, son las nueve. Beben, se bañan en el barro y comen un poco hierba verde. Desaparecen enseguida, creo que no se sienten seguros a esas horas de la mañana.

Paloma torcaz

Esta vez no aparece la gavilana. El año pasado voló unas cuantas veces muy cerquita de mi escondite, antes de que por fin se posara en un rama a descubierto justo en frente, incluso pude ver "un intento de caza", ¡se fue contra una torcaz!, luego acudió al pilón pero no terminó por beber ni bañarse. El resto de las ocasiones se posaba en zonas de espesura donde apenas la veía. Los pajarillos abandonaban el pilón hasta un tiempo después de que desaparecía de la zona.

Verderón común

Hoy no hay tantos mirlos como en octubre, ni aparece ningún zorzal común, y no más que un solitario picogordo, pero sí aparecen las tórtolas comunes, adultas y jóvenes, rulan en alguna ocasión. Entre los pajarillos de paso destacan los colirrojos reales y un papamoscas gris que caza desde primerísima hora delante de mi, pero apenas veo papamoscas cerrojillos pienso que el gris, más robusto los mantiene a raya. Me llevo una relativa sorpresa cuando enfoco a una tarabilla norteña. También puedo ver algunos mosquiteros musicales, zarceros, currucas zarcera, mosquitera y mirlona, al ruiseñor común, el verdecillo, jilgueros, dos jóvenes alcaudones comunes y uno real.

Algo de todo esto es lo que podréis ver en la serie de vídeos que voy a subir, siete en total. Hoy os enseño el primero, el inicio de la jornada, cuando la luz escaseaba y los mirlos eran los principales protagonistas.



Muchas aves se encuentran en plena muda, sus plumajes no están en perfectas condiciones precisamente. Esto es algo que comprobaréis en los mirlos de este vídeo y en otros pájaros de los videos que seguirán. Durante la muda se sustituyen las viejas plumas por unas nuevas. En los pequeños pajarillos, y en otros no tan pequeños, se produce una renovación completa del plumaje cada año. No todas las especies mudan siguiendo el mismo patrón, por ser un proceso costoso, se suele llevar a cabo una vez terminado el periodo de cría. En el caso de las especies migradoras evitan mudar durante sus largos viajes.

Mirlo alarmado. En proceso de muda, se ven las plumas externas de la cola en pleno crecimiento.

Algunas mariposas de otoño.

25 de octubre de 2008. Braojos de la Sierra.

Otoño. Termina una mañana de campo. De regreso al pueblo, me topo con unas plantas de senecio en las que vuelan un grupito de mariposas. Pasé un rato estupendo grabándolas. Ahora, justo dos años después, recuerdo que esa misma mañana fue cuando grabé aquel zorro en el prado, además de algún que otro pájaro de los que aparecen en otros vídeos.

Lycaena phlaeas (Manto bicolor)

En el vídeo, en las flores de los senecios, se pueden ver cinco especies de mariposas, todas ellas -todavía- comunes: Lycaena phlaeas (Manto bicolor), Colias crocea (Colias común), Polyommatus icarus (Dos puntos), Lasiommata megera (Saltacercas) y Lampides boeticus (Canela estriada). Además comparten planos con una moscarda gris de la carne (Sarcophaga sp.) y una abeja de la madera o abeja carpintera (Xylocopa sp.)



La temporada de vuelo para todos ellas estaba llegando a su fin, aunque no lo parezca. El brillo de las alas de algunas mariposas, el intenso amarillo de las flores y el día soleado, crearon un ambiente primaveral a unos días de entrar en noviembre. Y es que el otoño es como una primavera deshaciendo el camino... una cuenta atrás...

Por Francia.(Quinta parte).Un coipú en Burdeos y visita al Parque Ornitológico de Le Teich.

Desde París, para la vuelta, partimos hacia Burdeos. Llegamos tarde al hotel, pero aún con tiempo para, con las últimas luces de la tarde, hacer una visita a la ciudad, y luego tomarnos algo en la zona más animada del centro histórico. Ya de noche, paseábamos por la orilla del Garona, no lejos del Pont de Pierre, cuando me llaman la atención unas sombras en el pasto verde, bajo nosotros, junto al agua. Aprovechando el flash de la cámara disparo varias veces, prácticamente a ciegas.


Al principio me emocioné pensando que sería una nutria, pero en la pantalla de la cámara, ya puedo ver que se trata de una gran rata acompañada de otras tres algo menores. Pensé que sería un adulto con sus crías, al final la grande se alejó nadando mientras las más pequeñas seguían comiendo en el mismo punto. La grande es un coipú, y las otras podrían incluso ser ratas almizcleras, coincidían en tamaño con las que pude ver en le Parc de Lormoy esa misma mañana, no lo tengo claro. El coipú (Myocastor coipus) es otra especie invasora, otro aliens. Sería la cuarta especie de vertebrado que observamos en Francia, con una historia reciente de introducción en Europa. Las cotorras de Kramer (Psittacula krameri) son originarias del sur de Asia y centro de África, la Barnacla canadiense (Branta canadensis) de norteamérica, al igual que la rata almizclera (Ondatra zibethicu) y el coipú es originario de América del Sur. Otra especie introducida que causa problemas, y de la que tendríamos noticias en los días siguientes, es el conocido Galápago de Florida o de orejas rojas (Trachemys scripta), cuya presencia amenaza las poblaciones locales de Galápago europeo (Emys orbicularis).

Las dos últimas noches en Francia las pasamos en Le Teich, una pequeña población en la bahía de Arcachon, a sólo 60 km de Burdeos. El jueves 5 de agosto fue un día de campo, aunque en un plan muy relajado. Por la mañana hicimos una caminata hacia el delta de l'Eyre. Nada más adentrarnos en la zona boscosa del primer tramo de la ruta, observamos un abejero (Pernis apivorus) que reclama alarmado, el plumaje es de una probable hembra. Poco antes habíamos visto salir un macho de la zona, aunque ya volaba alto. El bosque en las orillas del río es verdaderamente interesante, aunque a esa hora se encontraba muy tranquilo. Al acercarnos al delta, en un amable paisaje de humedales y prados de siega, empezamos a ver más pajarillos, mientras en el cielo disfrutamos de un par de alcotanes (Falco subbuteo), cazando libélulas a gran altura.

La tarde la teníamos reservada para visitar el Parque Ornitológico de Le Teich. Se trata de un espacio protegido y cerrado, formado por humedales rehabilitados y habilitados para la observación de las aves. Nos dio el tiempo justo para verlo entero. Lástima que a las ocho había que estar fuera. En realidad nos retrasamos, no mucho, y nos encontramos con las puertas cerradas, pero si hubiéramos salido a la hora probablemente no habríamos distrutado del rascón (Rallus aquaticus) y de los martinetes jóvenes (Nycticorax nycticorax) que pudimos ver al final. Eché en falta el telescopio y algo más de tiempo, para poder grabar con calma.

Grupo de espátulas junto a garcetas comunes y alguna garza real

Entre los limícolas apreciamos algunos en paso, como los correlimos comunes (Calidris alpina) y un grupito de correlimos gordos (Calidris canutus), o un archibebe oscuro (Tringa erythropus). Las agujas colinegras (Limosa limosa) eran abundantes y también había bastantes archibebes comunes (Tringa totanus). Todavía quedaban algunos milanos negros, que al parecer tienen una pequeña colonia en la zona. Las espátulas (Platalea leucorodia) descansaban cerca de su punto de cría, sólo vimos un grupo de 16 aves.


Tras encontrar una salida nos fuimos directos hacia la duna de Pyla, la mayor duna de Europa. Llegamos a tiempo para contemplar tranquilamente la puesta de sol.


Por Francia. (Cuarta parte). París et Le Parc De Lormoy (Longpont-sur-Orge)

Es grande París. Hay gorriones y palomas, también estorninos y cornejas. Que raro se hace ver y oír a las cornejas en las ciudades del centro y norte de Europa. Una garza real descansaba en un estanque al pie de la Torre Eiffel, entre el bullicio de una tarde de domingo. De todas formas no visitamos sus grandes parques, en los que podría haber visto algo más.

En La Cité, delante de Notre Dame, los turistas no eran los únicos que hacían cola, los gorriones también esperaban para comer de la mano de los turistas. En Montmartre, sin embargo, un panel exponía claramente varios motivos por los que se recomendaba -o prohibía, no recuerdo- dar de comer a las aves, entre otros por la propia salud de estas, al originar mayores concentraciones de sus poblaciones.

En el Jardín de las Tullerías una torcaz parecía portar un cartel publicitario, pero no -lo que faltaba, publicidad hasta en los pájaros-, se trata de un tipo de marcaje que permite hacer un seguimiento de estas aves. En Madrid también he visto algunas palomas domésticas con marcas similares.



En el vídeo os habréis dado cuenta de que Montmartre es un barrio muy romántico.

Nos alojábamos a 30 kilómetros de París, junto al pueblo de Longpont-sur-Orge. En Longpont-sur-Orge hay un parque con aires de campiña, le Parc de Lormoy. El último día, al amanecer, aproveché para dar un paseo. Un riachuelo parecía ser el eje principal del parque, a primera hora este quedaba oculto por una neblina baja. Por encima de esta, una hembra de cernícalo voló desde los prados hasta la vieja iglesia. En uno de los lagos había una garza real, una familia de somormujos y un cormorán grande y, en el río, entre otros pajarillos, currucas zarceras, carriceros comunes y tal vez se me escapó alguna buscarla.


Una rata almizclera (Ondatra zibethicus) comía en medio de la corriente y un pequeño bando de cotorras de Kramer (Psittacula krameri) se posaba en los chopos próximos. Tanto la rata almizclera como la cotorra de Kramer son especies exóticas con carácter invasor y por tanto dañinas, o potencialmente dañinas, para los ecosistemas que colonizan fuera de su área natural de distribución, los anglosajones los llaman "aliens", y todavía vería alguno más en nuestra estancia por Francia.

Araña avispa (Argiope bruennichi)

La hembra de la Araña avispa monta guardia en su tela construida entre el pasto verde. Junto a ella otra araña mucho menor, se trata del macho. Stabilimentum o stabilimenta es el nombre que recibe esa especie de "remiendo"o decoración en la tela que se ve en parte debajo de la araña. Hay varias hipótesis que tratan de explicar su función, una de ellas es que al parecer esa estructura refleja la luz ultravioleta y la luz uv atrae a muchas especies de insectos. Otra hipótesis defiende que sirve de camuflaje para las arañas situadas en medio de la tela y, según otra, su posible función sería la de atraer al macho cuando la hembra se encuentra lista para reproducirse.



Una de las escenas que más me sorprendieron de París fue la de unos corzos y una garduña tras los cristales del escaparate de una tienda de ropa en les Champs-Élysées, por supuesto naturalizados.